Una pausa geopolítica

Columna DE GEOPOLÍTICA: el tic tac del reloj geopolítico
Columna DE GEOPOLÍTICA: el tic tac del reloj geopolítico

 

El orden mundial en el siglo XXI, tiene una configuración geopolítica adecuada a cada uno de los influjos que se han ido mostrando a lo largo de 23 años; primero fue la irrupción del fundamentalismo islámico en EEUU, Medio Oriente y el Sudeste Asiático; mientras que el Crimen Organizado Transnacional avanzaba de Sudamérica hacía América del Norte, corrompiendo estructuras sociales y gubernamentales, pero de igual manera, la Unión Europea consolidaba su influencia económica y financiera, además de una silenciosa aparición de la República Popular de China (RPCh) a través de su prospera red comercial, que comenzó a ir estableciendo su propio proyecto de nación y de un nuevo orden global. 

 

Al respecto, Peter Trubowitz y Brian Burgoon, han elaborado una muy interesante propuesta sobre la actual circunstancia en la que se está definiendo la seguridad internacional, intitulada: Geopolitics & democracy. The western liberal order from foundation to fracture.  Esta investigación, aborda la importancia que tiene la democracia, cómo parte de la condición necesaria, en la que el mundo occidental ha establecido la construcción de sus instituciones políticas, sociales, como económicas, pero de igual manera, las alianzas militares que han permitido el mantenimiento del actual Statu Quo, en la convivencia entre Estados y naciones. 

 

Esta muy interesante investigación, permite realizar la debida reflexión de, ¿hacía dónde va la convivencia de los Estados-Nacionales? ¿la seguridad internacional está debidamente garantizada con las alianzas heredadas de la guerra fría?, y por último, ¿cuáles son las afectaciones a las instituciones de los Estados

 

Tales cuestionamientos son a consecuencia de cómo la sociedad global ha ido adaptándose a la era postcovid, a la guerra de Rusia sobre Ucrania, a la abierta búsqueda por el dominio global de la RPCh, pero existen otros elementos que deben de ser considerados, como la conectividad que actualmente se tiene a mundial, al mejoramiento de los estándares de vida de la población, mayor acceso a servicios sanitarios y a la educación. 

 

Los avances que se han gestado en los últimos años, son de un gran valor para la sociedad en lo general, pues incluso ante la amenaza de lo que significó el COVID-19, la ciencia dio una rápida respuesta al año de comenzada la pandemia; la vacunación masiva en casi todo el mundo, permitió recuperar los procesos de desarrollo en el mundo.  Sin embargo, a pesar de contar con leyes cada vez más justas, programas de atención a problemas específicos como es el Cambio Climático o para disminuir la pobreza, lo que se observa es que prevalecen, grandes retos para dar certidumbre a quienes han sido desplazados de sus hogares y países, garantizar la igualdad y la equidad social, como también, generar los mecanismos idóneos de sustentabilidad, para atenuar los graves daños que tiene el Medio Ambiente, entre otros tanto problemas regionales y globales.

 

Por tal causa, no se pueden soslayar la importancia de garantizar que estos difíciles problemas, no provoquen condicionantes que desestabilicen el orden global imperante, sean la guerra en Ucrania, las manifestaciones en Francia, la agresividad china sobre Taiwán, la tensión político-militar entre Israel y los fundamentalistas islámicos, los enfrentamientos étnicos en África subsahariana, etc.  Cada uno de estos elementos, son detonantes propicios para una escalada de mayor confrontación entre potencias, pues la competencia por el orden global, es lo que definirá al presente siglo XXI. 

 

El tablero mundial, nos demuestra que antes del siguiente movimiento, se debe hacer un proceso de reflexión, del cúmulo de acontecimientos que en los últimos meses, han acontecido y de los que habrán de gestarse, como será la Cumbre de la OTAN en Vilna Lituania, y esto debido a un interesante pronunciamiento del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, al reunirse con su homologo, Volodimir Zelensky, al declarar que es importante que Ucrania sea parte de la OTAN.  Un pronunciamiento, cuyo impacto, se hará sentir desde Ankara hasta Moscú, pasando por París, Londres, Berlín y finalmente en Washington DC.  El tablero está en la reflexión, en el análisis, del siguiente movimiento que se observara muy pronto, así cómo su impacto para el orden democrático mundial.

 

Mientras tanto en Palacio Nacional, las corcholatas siguen en su puesta en escena, para demostrar que pueden son los más aptos, para continuar con el legado de la 4T, pero la irrupción de Xochitl Gálvez, suscitada en la diatriba mañanera, da la factibilidad de una real competencia, por la presidencia de la República y de seguir construyendo una nación democrática, igualitaria y fraterna.