El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, arribó este martes a California, un estado que perdió por más de cuatro millones de votos en las elecciones de 2016, es decir, un lugar donde no quieren al magnate.
En medio de las protestas en torno a las intenciones de Trump por levantar un muro entre México y la Unión Americana, el gobernador de California, Jerry Brown, dijo que la entidad es la sexta economía mundial, “pero nuestra prosperidad no se basa en el aislamiento. Todo lo contrario. California prospera porque recibimos inmigrantes e innovadores de todo el mundo”.
Sin embargo, el presidente estadounidense se encuentra hoy en San Diego, para inspeccionar los prototipos de su dichoso muro.
“Si no construimos el muro, no vamos a tener ni siquiera país. Hay muchos problemas en México, tienen los cárteles. Nosotros estamos combatiéndolos, pero ellos no los combaten como nosotros”, aseguró Trump ante uno de los prototipos.
Mientras tanto, cerca de ahí, en la zona industrial de Otay, se manifestaban seguidores y detractores del primer mandatario, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
“¡No a las restricciones! ¡No al muro!”, gritaban los manifestantes cerca del cruce fronterizo de San Ysidro, donde miles de personas ingresan a Estados Unidos desde Tijuana diariamente, muchos rumbo a sus lugares de trabajo en San Diego.
Las imágenes del magnate neoyorquino ante los ocho prototipos son sin duda un alarde del mandatario, pues no indican que el dichoso muro esté cerca de ser construido, a pesar de su promesa de campaña. Más de un año después de su llegada al poder, el Congreso no ha desbloqueado ni un dólar para la construcción. Varios demócratas rechazan esta iniciativa que consideran el triste símbolo de un país que le da la espalda a su historia, cerrando la puerta a los inmigrantes.
Mientras tanto, el presidente de México, Enrique Peña Nieto ha sido claro. “No pagaremos por el muro”, advirtió ya en dos ocasiones a Donald Trump.
