Los reproches de Andrés Manuel López Obrador en 2012 contra Televisa eran contundentes. Denunciaba que su entonces oponente en la contienda presidencial, Enrique Peña Nieto, era beneficiado por dicha televisora, la cual, afirmó, orquestó una imposición mediática para asegurar la victoria del priista.
Seis años más tarde, AMLO rentó el Estadio Azteca para un espectacular cierre de campaña.
Dicho recinto es propiedad de la empresa a la que satanizó en 2012: Televisa.
Por si fuera poco, el llamado “mesías tropical” habría pagado mucho menos por el uso del “coloso de Santa Úrsula” de lo que pagó Peña Nieto hace seis años, quien también hizo su cierre de campaña ahí.
Basada en fuentes periodísticas, la consejera del INE, Pamela San Martín, comentó que, Peña Nieto pagó 16.2 millones de pesos por la renta del Azteca.
Mientras que, según lo reportado por López Obrador ante el Instituto Nacional Electoral, Morena pagó a Televisa 3.5 millones de pesos; 12.7 millones de pesos menos que Peña Nieto.
De confirmarse dicha información, las canonjías de Televisa hacia el que fue el candidato puntero en las encuestas, quedarían evidenciadas. Mientras que el silencio de López Obrador, exhibiría una doble moral disfrazada de “reconciliación”.
