Nadie podría negar que Tamaulipas vive una crisis de seguridad.
Las balaceras, la incidencia delictiva y la mano del narco están por todas partes.
Sin embargo, todo indica que los dos partidos que disputan la gubernatura –el PRI y el PAN–, intentan sacar raja electoral con el pretexto del crimen organizado.
Hace días, el CEN del PRI anuló tres de sus candidaturas a alcalde en los municipios de Hidalgo, Villagrán y Mainero. Según dijeron, los tres aspirantes estarían relacionados con el narco.
Sin embargo, uno de los imputados –el señor Reyes Wenceslao Zúñiga–, aseguró que las acusaciones son falsas y que el dirigente nacional del PRI –Manlio Fabio Beltrones–, tendrá que comprobar sus dichos.
No obstante, lo que Reyes Zúñiga no dice es que a mediados de abril –como aquí documentamos–, en un acto de campaña exhibió sus simpatías por el candidato panista al gobierno del estado, Francisco García Cabeza de Vaca.
El tricolor aseguró que no apoyaría al candidato de su partido pues el Revolucionario Institucional entregó al narco los municipios de Hidalgo, Mainero y Villagrán.
Además, Reyes Zúñiga tampoco explica por qué atrás de sus apariciones en medios y declaraciones a la prensa operan los mismos hombres y mujeres que manejan la imagen del panista Francisco García Cabeza de Vaca, ¿no le parece relevante hacer esa aclaración?
Por otro lado, los priistas bajaron a sus candidatos pero no acudieron a las instancias oficiales para denunciarlos por la supuesta relación con los criminales organizados.
Y es que, en plena temporada electoral, todo indica que los priistas juegan políticamente con las presuntas malas compañías de sus abanderados.
Por eso, en medio de la guerra de acusaciones, los ciudadanos están obligados a tener los ojos muy abiertos para diferenciar los rumores sin fundamento de las acusaciones con sustancia. Mientras tanto, los partidos intentan beneficiarse con el cuento del narco y la raja electoral.
