Tácticas obradoristas en guerra PRI-Anaya

Los "sablazos" en la Cámara de Diputados presentados en los últimos días por parte de los legisladores, han evidenciado a la clase política mexicana

Los “sablazos” en la Cámara de Diputados presentados en los últimos días por parte de los legisladores, han evidenciado a la clase política mexicana y el contexto en que se desarrolla el proceso electoral de nuestro país.

Los legisladores azules y tricolores usaron la tribuna del Honorable Congreso de la Unión a manera de circo, al más puro estilo morenista y perredista que tanto han criticado el PRI y el PAN.

Este jueves, diputados priistas se levantaron de sus curules y mostraron pancartas y billetes falsos de color azul, además de un muñeco con la figura del candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya con ropa de presidiario.

Los integrantes del tricolor justificaron el acto argumentando que el #Candiratón –leyenda expuesta ayer– debía aclarar si tiene responsabilidad en un caso de lavado de dinero por la compra y venta de un inmueble en Querétaro.

Apenas el martes pasado, la bancada del PRI en San Lázaro arremetió en contra de los panistas porque de la misma manera, los blanquiazules calentaron los ánimos cuando con grandes lonas en rojo y la foto de José Antonio Meade, subieron a tribuna para denunciar que el aspirante del tricolor a la presidencia “saqueó 500 millones de la Sedesol”.

Este par de actos, fueron concluidos por Édgar Romo, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Baja, quien llamó al orden en medio de gritos y rechiflas. ¿Pero qué necesidad?

En plenos tiempos electorales y sin haber iniciado las campañas, el PRI recurrió a la táctica obradorista de igual manera que el PAN. Innegable que mientras estas dos instituciones políticas se “echan bronca”, quien debe estar disfrutando y sin Amlodipino es el dueño de Morena.

Sin duda alguna, el caso de Ricardo Anaya y su presunta relación con lavado de dinero debe ser aclarado, pero para eso existen las instancias correspondientes.

Mientras tanto, la estrategia del PRI para hacer saber al electorado la clase de político que se autoproclamó candidato presidencial de su partido parece haber rendido frutos tal cual spot. Pero no por ello hay que dejar de denunciar las maneras y el deplorable uso del que fue objeto el Congreso.

Tanto que criticaban a los de Morena y al PRD. Ahora, un maniquí en forma de Ricardo Anaya con ropa de presidiario, resultó ser más efectivo que un promocional en tiempo de intercampaña. Así el nivel de los funcionarios involucrados, y así el preludio de la fase final de proceso electoral que vive México. De pena ajena.