El 21 de junio del 2018, un mitin encabezado en Pachucha, Hidalgo, por quien entonces era el candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, terminó a golpes entre dos grupos de militantes morenistas, uno de los cuales gritaba “fuera Sosa Castelán, fuera Sosa Castelán”.
Ese día llegó a su clímax la división que generó en Morena el reclutamiento de Gerardo Sosa Castelán, el eterno cacique de la Universidad estatal que actualmente está preso en el penal del Altiplano, acusado de lavado de dinero, defraudación fiscal y delincuencia organizada.
La llegada de Sosa Castelán a Morena fue pactada el 17 de febrero de ese 2018 durante una reunión que López Obrador sostuvo con representantes del cacique en el Centro de Convenciones de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), en la ciudad de Pachuca.
La consecuencia inmediata fue la asignación de 11 candidaturas a diputados locales para la gente de Sosa Castelán, en agravio de varios aspirantes que se sentían con más derechos por el trabajo que habían realizado durante años a favor del proyecto político de López Obrador.
Cuando se dio la incorporación de Sosa Castelán a Morena, el delegado especial de este partido en Hidalgo era Octavio Romero Oropeza, uno de los personajes más cercanos a López Obrador y quien actualmente ostenta el cargo de director general de Pemex.
Los inconformes con la llegada de Sosa Castelán le pidieron de varias formas al candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, que reconsiderara esa alianza con el cacique porque era del dominio público su conducta mafiosa. Pero el candidato no hizo caso.
Durante su visita a la ciudad de Tula, el 9 de mayo del 2018, López Obrador recibió en propia mano un documento en el que varios militantes de Morena le expresaban su inconformidad con la llegada al partido de Sosa Castelán. No hubo respuesta.
Al ignorar las voces que alertaban sobre el oscuro perfil de Sosa Castelán, López Obrador reeditó su conducta observada en el 2012 en Iguala, Guerrero, cuando con su silencio avaló la candidatura a esa alcaldía de José Luis Abarca, actualmente preso por su relación con la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.
López Obrador ignoró las voces de inconformidad de sus correligionarios de Hidalgo pero también pasó por alto todo el cúmulo de información generada durante muchos años sobre la forma de actuar del cacique de la UAEH.
En 1986, Gerardo Sosa Castelán fue nombrado secretario general de la Universidad, con lo que dio inicio su reinado como jefe máximo de esta casa de estudios, la cual manejaba hasta la fecha mediante diversos mecanismos.
A través de la Universidad, Sosa Castelán controlaba, hasta el momento en que fue detenido, 22 empresas, entre las que se cuentan un hotel, un centro de seminarios, un club deportivo y una gasolinera.
El 6 de agosto de 2004, Sosa Castelán demandó por daño moral al periodista Alfredo Rivera Flores, autor del libro La Sosa Nostra, en el que le atribuye al cacique una conducta mafiosa y porril.
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La demanda incluyó al también periodista Miguel Ángel Granados Chapa, por redactar el prólogo, al editor Miguel Angel Porrúa y hasta al diseñador de la portada, Héctor Rubio Traspeña.
Dieciséis años después, la Fiscalía General de la República confirmó que el autor del libro no mentía. El pasado 31 de agosto Gerardo Sosa Castelán fue detenido y el pasado domingo fue vinculado formalmente a proceso penal por los delitos mencionados líneas arriba.
Y ahora, Morena está en un predicamento. Tendrá que enfrentar las elecciones estatales del próximo mes en Hidalgo con la militancia dividida, desconcertada y sin dirección formal.
Varios de los candidatos a cargos de elección popular pertenecen al grupo de Sosa, entre los que destacan Damián Sosa Castelán, candidato a la alcaldía de Tulancingo; Ricardo Baptista, candidato a la alcaldía de Tula y Arely Maya, a la de Mineral de la Reforma.
¿Se deslindará Morena de ellos y de todo lo que esté relacionado con la llamada Sosa Nostra? ¿O se arriesgará el partido a que eventualmente surjan acusaciones sobre conductas delictivas en contra de algún allegado a Sosa Castelán cuando ya esté ejerciendo algún cargo?
OFF THE RECORD
**RIP A CONAGO
Diez mandatarios estatales anunciaron ayer su salida de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) debido a diversas discrepancias con el gobierno federal.
En la lista hay priistas, panistas, el único perredista, el único de MC y el único independiente.
Al hacer el anuncio, los gobernadores le dieron un especial raspón al súper subsecretario, Hugo López-Gatell, responsable de la estrategia del gobierno federal para enfrentar la pandemia del COVID-19.
**OJO AL PAQUETE ECONÓMICO
Este martes, el presidente de la República enviará a la Congreso el paquete económico 2021.
Habrá que estar pendientes pues, aunque el jefe del Ejecutivo asegura que será un paquete austero y que no habrá nuevos impuestos, este tipo de proyectos suele tener sorpresas en sus letras pequeñas. Así ocurrió el año anterior.
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