Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) rechazaron regreso de la profesora Elba Esther Gordillo a “la vida pública”, mientras el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) —y que por muchos años fue la casa operativa de Gordillo— se mantienen trabajando.
Estas han sido las posturas que el retorno de La Maestra provocó entre el gremio de la Coordinadora y el Sindicato.
“Nos traicionaron” fue una de las frases de Elba Esther con dedicatoria a quienes en algún momento fueron su fuerza dentro del sindicato y en el gobierno.
Ante las declaraciones de Elba, el líder del SNTE, Juan Díaz de la Torre, dijo estar tranquilo, ya que un millón 300 mil maestros del sindicato están trabajando “en paz al lado de la sociedad y sus alumnos”.
En cuanto a la Coordinadora, la respuesta fue más concisa y directa, pues sus integrantes destacaron que no aceptarán el regreso de la maestra y unirán esfuerzos para que no retome el cargo en el Sindicato.
Grupo Reforma entrevistó a Arcángel Ramírez, líder de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg) quien dijo que los actos de corrupción de la maestra no se olvidan:
“No estaríamos de acuerdo que retome el poder que ya demostró no lo utilizó para el bien de la clase trabajadora, sino para beneficiar a cierto grupo y dar mayor control político al SNTE. NO benefició a los trabajadores”.
En este sentido, Ramírez fue claro y rechazó que los profesores sindicalizados necesiten el regreso de Elba pues no quieren “presiones” o amenazas y “controles nefastos”.
El fin de semana pasado, la Coordinadora lanzó un comunicado en el que acusó a Elba Esther por el asesinato de Misael Núñez Acosta —ocurrido el 30 de enero de 1981— y la señaló como “la villana favorita” de la política.
Finalmente, cuestionó al gobierno por no enjuiciarla y castigarla, todo lo contrario: se le permitió la creación de un partido político —el Panal— y el condicionamiento de apoyo, la imposición de posturas y el manejo total del sindicato.
