Curiosamente Andrés Manuel López Obrador, antes de llegar al poder y encabezar una administración tan deplorable y cínica como la que tenemos, exigía la pronta destitución de los entonces presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, por ser figuras políticas incompetentes para el país; hoy, sufre los estragos de quienes piden lo mismo para él.
Si renunciara a más tardar el 30 de noviembre habría elecciones anticipadas.
Sus partidarios dirían que pedir su renuncia es golpismo, pero curiosamente no decían lo mismo cuando AMLO no se cansaba de pedírsela a Peña (o a Calderón).
Un Hilo con sus peticiones de renuncia (1/3) pic.twitter.com/022oyKJCFN
— Sergio Negrete Cárdenas (@econokafka) November 20, 2020
¿Qué pasaría si el titular del Ejecutivo renuncia antes del 30 de noviembre?
De antemano quien supliría su cargo sería la titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), en este caso Olga Sánchez Cordero. Sin embargo, las posibilidades de que esto pase son muy nulas; pero no imposibles.
Como en este espacio lo hemos dicho: “¿Qué pasaría si AMLO de 2014 cuestiona al hoy presidente AMLO?” es una pregunta redundante pero concisa. ¿Le podría reprochar su deplorable manejo de su gobierno ante una pandemia?
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Las preguntas serían muchas, pero las respuestas serían precarias, pero apegandonos al Artículo 86 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual dice:
“El cargo de Presidente de la República sólo es renunciable por causa grave, que calificará el Congreso de la Unión, ante el que se presentará la renuncia”. Y solo el Congreso tiene la facultad para “aceptar la renuncia del cargo de Presidente de la República”.
¿Entonces?
Aunque fuese esto realidad, sería una victoria momentánea, de esas que sirven para reivindicarnos pero que no sirven para mucho, por ello, tenemos que arrancar desde la raíz a éste gobierno “populacho” para que no siga germinando para gobierno futuros.
SG