Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer en gobernar la Ciudad de México, se ha caracterizado por discrepar de las políticas sanitarias impuestas por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador e incluso, de las indicaciones de las autoridades de Salud como las de Hugo López-Gatell.
En pleno auge de la pandemia por Covid-19, misma que ha cobrado más de 100 mil decesos que se pudieran evitar, Sheinbaum Pardo, ha decidido implementar protocolos sanitarios para hacerle frente al aumento de contagios por dicho virus, sin embargo, sus esfuerzos han sido en vano.
No quiere decir que los lineamientos que su gobierno ha impuesto para contrarrestar el aumento de hospitalizaciones por contagios han sido fallidas, sino que la mano dura del gobierno Federal que encabeza López Obrador, le ha impedido llevar a cabo con éxito su plan sanitario.
Desde inicios de la pandemia, AMLO minimizó el problema y cuestionó de manera repetida los argumentos científicos sobre el uso de las mascarillas, además de hacer pocas pruebas para evitar que se propagara el virus, sin embargo, por un capricho del titular del Ejecutivo, México se ha convertido en el cuarto país con el mayor número de muertes por coronavirus en todo el mundo.
Aumentar pruebas para detectar a personas portadoras del virus; códigos QR colocados en el Sistema de Transporte Colectivo Metro para romper contagios; compra de equipo médicos ante la falta de camas que padecen la mayoría de los hospitales; campañas publicitarias en redes sociales y calles de la CDMX para concientizar sobre el uso del cubrebocas y el quedarse en casa. Son las medidas que optó Sheinbaum ante la negativa de AMLO por regresar al Semáforo Rojo.
Hasta ahora, su estrategia ha sido seguir los preceptos de la ciencia, mientras se niega a criticar al presidente y su política autoritaria. Entonces, ¿Habrá aceptado que quien lleva las riendas de los poderes políticos es AMLO?
La ciudad tendría que gastar aproximadamente una décima parte de su presupuesto anual en pruebas si quisiera alcanzar los niveles de Nueva York. Y el gobierno federal no está ayudando mucho. López-Gatell ha dicho que cree que las pruebas masivas son una “pérdida de tiempo”, lo cual explica, en parte, por qué las tasas de pruebas nacionales de México se encuentran entre las más bajas.
El virus ha prosperado en la congestionada capital, hogar de nueve millones de personas, donde la mitad de los habitantes son pobres. Y aunque el número de víctimas ha sido espantoso, los analistas dicen que podría haber sido peor sin las estrategias de la jefa de gobierno.
SG
