Sheinbaum investigará caso Rébsamen… ¿y la Línea 12?

La jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, solicitó el viernes pasado al actual mandatario capitalino, José Ramón Amieva, detener la demolición del Colegio Enrique Rébsamen.

La morenista pidió intervenir ante la solicitud de la Procuraduría de la CDMX hasta que no se entable una mesa de negociación con los padres de las víctimas.

Ese mismo día, en diversas entrevistas la morenista aseguró que habría severas investigaciones, no sólo en el caso del Rébsamen, sino en el tema de verificación vehicular y contratos de concesiones e ir por el rescate de programas sociales que abandonó la anterior administración.

“… acabar con la corrupción, con los privilegios de los altos funcionarios (…) rescatar todos los programas que estableció Andrés Manuel López Obrador: el programa de adultos mayores, (donde) hay retraso de dos, tres y cuatro años, hay que rescatarlo y dar el recurso (…) buscar combatir a la inseguridad a través de una política social…”, aseguró entre otras cosas Sheinbaum Pardo.

Sin embargo, la morenista no habló acerca de la gran herencia de uno de sus antecesores al cargo: Marcelo Ebrard y su Línea 12 del Metro, la llamada “línea dorada” que tanto costó y cuesta a los chilangos.

A casi seis años de la adelantada inauguración de la “magna obra” del sexenio del próximo titular de la SRE, luego de cerrar temporalemente once estaciones de dicha línea por rehabilitación (20 meses) de marzo de 2014 a noviembre de 2015 y un autoexilio de Ebrard a Europa, las deficiencias han costado aproximadamente 200 millones de pesos anuales.

También una batalla legal entre la administración capitalina y las compañías ICA, Carso y Alstom por concepto de “trabajos realizados fuera del alcance del contrato celebrado”. Una sentencia ordenó pagar a dichas empresas 4 mil millones de pesos. En contraste, la misma sentencia condenó al consorcio a pagar a la CDMX mil 45 millones 454 mil 311 pesos por concepto de “pago de vicios ocultos” en el contrato con el visto bueno de Marcelo Ebrard.

Además del costo en obra civil y electromecánica luego de una reparación de más de mil 200 millones de pesos, sólo en el Viaducto Elevado, más 800 millones de pesos en la parte subterránea.

“Después de cinco años, no hay ningún procedimiento en mi contra, y no es porque no se haya querido, sino porque no hubo elementos (…) Es la mejor línea que tienen, ahí está la línea 12 funcionando”, dijo un descarado Ebrard Casaubón en agosto del 2017.

¿Habrá investigación por parte de la administración de Sheinbaum con respecto a la L12?

La respuesta, usted ya la sabe. Próxima jefa de Gobierno capitalino y eventual canciller de México, ¿en pugna? Es poco o nada probable.