El presidente Donald Trump dejará Washington el próximo miércoles en la mañana, poco antes de la investidura del presidente electo Joe Biden, para dar inicio a su vida post presidencial en Florida. Sin embargo, deja a México en un deplorable descontento social por parte de Andrés Manuel López Obrador.
En contexto, Trump se niega a dejar la Casa Blanca y se aferra a cumplir la tradición de participar en la transferencia ceremonial del poder.
Mientras las disputas en Estados Unidos prevalecen; en México se intensifica la inconformidad en contra de AMLO. El mesías de los “pobres” y sus peripecias políticas en contra del país.
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Se sabe que Trump no ha invitado a los Biden a la Casa Blanca ni ha conversado por teléfono con el mandatario electo. El vicepresidente Mike Pence ha conversado con su sucesora, la vicepresidenta electa Kamala Harris, a quien llamó el jueves para felicitarla y brindarle asistencia, según dos personas enteradas de la llamada. Pence asistirá a la ceremonia de juramentación de Biden, una decisión acogida por el próximo mandatario.
Mientras Trump pasa los últimos días de su presidencia en la Casa Blanca, más aislado que nunca como secuela de la invasión al Capitolio, su personal está enfilándose a la puerta de salida. Muchos ya se fueron, incluidos un par que renunciaron después del ataque, mientras otros están ocupados empacando sus cosas y retirando sus pertenencias personales y algún recuerdo.
¿Se pierden las relaciones bilaterales?
