En su gira por Durango, el precandidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador estuvo acompañado por Rosendo Salgado, dirigente estatal de dicha franquicia y hermano de Rigoberto Salgado, jefe delegacional en Tláhuac, señalado de tener nexos con el crimen organizado.
De acuerdo con Bajo Reserva que publicó este viernes El Universal, Salgado fue abucheado por militantes morenistas, quienes mostraron su molestia porque contra el duranguense pesan varias denuncias por acoso sexual.
Incluso, hace siete meses fue suspendido de sus derechos como militante tras la denuncia de una joven morenista. Poco importó y don Rosendo volvió a formar parte de la dirigencia estatal bajo el cobijo de López Obrador.
En el templete, junto al eterno aspirante presidencial, estuvieron los líderes estatales de los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia: Gonzalo Yáñez, del PT; Patricia Escobar, del PES, y el propio Rosendo Salgado.
Rigoberto y Rosendo Salgado son los cercanos y protegidos de Andrés Manuel López Obrador.
El primero, fue puesto en la mira de la PGR el año pasado, tras el abatimiento de Felipe de Jesús Pérez Luna, “El Ojos”, líder del grupo criminal identificado como Cártel de Tláhuac.
Rigoberto Salgado fue acusado de proteger a la organización criminal. La PGR informó que había abierto una investigación por la supuesta relación de funcionarios de la delegación con “El Ojos”.
Después, en enero pasado, tras la detención de Uriel Isaac, “El Cochi”, presunto sucesor de “El Ojos”, la dependencia señaló que seguía una línea de investigación en la que se el Delegado también era investigado.
Días después, Salgado se amparó para conocer si existen averiguaciones previas en su contra y ser citado a declarar.
El segundo de los hermanos, Rosendo Salgado, fue señalado por acoso sexual contra una militante y sancionado por el órgano de justicia del partido el año pasado.
En julio de 2017, tras acreditar las acusaciones en su contra, la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena suspendió los derechos partidistas de Rosendo y ordenó su destitución del cargo de dirigente estatal del partido.
No obstante, con pleno conocimiento de López Obrador y con su apoyo, el morenista recurrió la resolución ante el Tribunal Electoral del Estado, que revocó la sanción al considerar que no hubo pruebas contundentes en su contra, por lo que éste retomó la dirigencia de su partido.
Por cierto que, al delegado se le acusó de haber utilizado a los trabajadores de Tláhuac en la construcción de su negocio privado: un restaurante de mariscos. Y además, se repartió el poder político con sus otros dos de sus hermanos: Ricardo y Raúl Salgado, quienes controlan algunas áreas de la administración local.
Pero eso no es todo. La red de nepotismo y desvío de recursos del delegado de Tláhuac se extiende hasta Durango, hecho no sólo tolerado, sino fomentado por Andrés Manuel López Obrador.
En septiembre de 2015, el tabasqueño nombró a Salgado como encargado de los asuntos de Morena en Durango. Pero al asumir la jefatura delegacional de Tláhuac, Rigoberto heredó el puesto a su otro hermano: Rosendo, quien fue impuesto como líder estatal del partido pasando por encima de los estatutos.
El encargo de AMLO para Rigoberto y Rosendo Salgado fue financiar las campañas de 2016 en Durango a través de 3 millones de pesos, provenientes de los recursos de la Delegación Tláhuac.
