La política es un péndulo que se mueve de izquierda a derecha; es decir, nadie tiene asegurado el lugar asegurado.
Con la debacle del populismo de izquierda en América, vemos el ascenso de la derecha y del conservadurismo.
Para este fenómeno es preciso referirse a todo el continente.
En Estados Unidos hemos sido testigos del ascenso meteórico del ahora virtual candidato republicano, Donald Trump; quien a inicios del periodo de elecciones primarias no tenía mucha ventaja sobre aspirantes como Ted Cruz o Marco Rubio y hoy se perfila como un contendiente serio para la Casa Blanca.
Por otro lado, en Argentina el pasado noviembre, el empresario Mauricio Macri puso fin al kirchnerismo que estuvo al frente del país por 12 años.
Mauricio Macri es la representación del sector más conservador de la derecha argentina. A los pocos días de haber ganado las elecciones, declaró en presencia de Lilian Tintori –la esposa del preso político en Venezuela, Leopoldo López–, que pediría la suspensión del país chavista de Mercosur, por haber violado la cláusula democrática que rige a esta agrupación de naciones suramericanas.
En Uruguay, el ultraconservador Tabaré Vázquez obtuvo la presidencia en 2015, derrotando así al populista José Mujica.
El mandatario uruguayo es empresario de la salud, tiene formación médica y una especialidad en oncología, mientras que Mujica siempre fue identificado como un guerrillero desenfadado.
Al mismo tiempo en Venezuela, la oposición al régimen de Nicolás Maduro en la Asamblea Legislativa ha cobrado fuerza y todo indica que en las próximas elecciones la derecha podría tomar el poder y derrocar al chavismo que hoy tiene sumido al país en una crisis económica, política y social.
Para rematar, en México, Margarita Zavala –exprimera dama y militante de un partido de derecha– encabeza las preferencias electorales rumbo a las elecciones de 2018. En este caso no sería una vuelta de la derecha, porque nunca ha gobernado la izquierda en la nación; sin embargo, se trata de una tendencia que se aprecia en todo el continente.
Sin duda, todos los cambios son necesarios, la pregunta es, ¿este cambio será para mejorar?
