Reforma Educativa, ¿cosa del diablo?

Este martes, Alfonso Miranda, Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) afirmó que la iglesia católica mantiene una posición neutral respecto al tema de la Reforma Educativa. Sin embargo, en tiempos recientes las manifestaciones de diversos obispos en contra de la misma se han vuelto cada vez más frecuentes. Incluso pereciera que, a los ojos de la iglesia, la CNTE se ha ganado un rinconcito en el cielo, y la Reforma Educativa uno en el infierno.

A pesar de la aparente neutralidad de la CEM, Miranda defendió el derecho de cada obispo de expresarse en contra de la Reforma. Y vaya que en semanas recientes los obispos han hecho pleno uso de ese derecho.

El 18 de julio el  la Arquidiócesis de México argumentó en su semanario “Desde la fe” que la Reforma Educativa sólo ha traído inestabilidad social al país. Criticó la labor del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto, por haber elaborado la propuesta de reforma, y del Poder Legislativo por aprobarla. También arremetió contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que recientemente se pronunció afirmando que la evaluación docente es parte de los requisitos para ocupar el puesto de maestro, y en caso de ser reprobada en tres ocasiones, la remoción del puesto está justificada.

Además, entre el 10 y el 13 de junio tres obispos hicieron declaraciones en contra de la Reforma Educativa. Felipe Arizmendi de San Cristóbal de las Casas, Antonio González Sánchez de Ciudad Victoria y Raúl Vera de Saltillo  emplearon el tristemente célebre argumento de que la reforma no es educativa, sino laboral, y que afecta los derechos de los educadores.

Por si fuera poco, el ministro de Saltillo, Raúl Vera, afirmó que los maestros de la CNTE no son culpables por los bloqueos, sino que los verdaderos responsables son “los que han puesto esta ley”.

Entonces, ¿dónde queda la neutralidad? La Conferencia del Episcopado Mexicano funciona como un órgano colegiado; un suerte de asamblea de obispos de la que –por mucho que se declare neutral– parece emanar una consigna para golpear a la Reforma Educativa. ¿Por qué esta postura  de la iglesia mexicana?

En La Otra Opinión se ha mencionado que la iglesia católica se encuentra molesta con el gobierno de Enrique Peña Nieto por impulsar iniciativas de ley a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo y la despenalización del comercio y portación de la marihuana medicinal. Por ello, la postura de la iglesia en contra de la Reforma Educativa luce como una represalia hacia el gobierno federal, o una advertencia de que se opondría a futuras reformas contrarias a sus valores.

Lo anterior es de suma importancia. A pesar de que México es un Estado laico, la iglesia es una de las instituciones más poderosas e influyentes del país. Pero el gran problema ni siquiera es que la iglesia esté del lado de la CNTE en el  juego de “estira y afloja” que la Coordinadora sostiene con el gobierno federal. El problema es que ni la CNTE, ni Morena –su principal aliado–, ni ahora la iglesia –que parece querer sumarse al debate– han puesto sobre la mesa argumentos que coadyuven a solucionar el conflicto o mejoren la calidad de la educación.