Esta mañana, México se despertó con la noticia de que la ex lideresa sindical, Elba Esther Gordillo, había sido liberada y absuelta de los delitos de lavado de dinero y defraudación fiscal, pero mientras unos alaban la decisión, otros afirman que el dictamen es una “casualidad”, pues se da justo horas antes de que le sea entregada la constancia de mayoría a Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, la maestra ha sido virus político que siempre ha sabido cambiar sus colores y los del magisterio al servicio del mejor postor, traicionado una y otra vez a quienes la consideraban aliada.
Ya desde 1989, Elba Esther Gordillo comenzó a abrirse paso, y no dudo en darle la espalda al entonces líder del SNTE, Carlos Jonguitud, para colocarse como una de las figuras más poderosas del PRI, apoyada por Manuel Camacho y Carlos Salinas.
Pero la playera teñida de tricolor duró muy poco en su piel, pues con la llegada del PAN y Vicente Fox en el 2000, la maestra se alió rápidamente con el primer mandatario de la alternancia en México. Pero nada fue gratis, ya que cabildeó apoyos para Fox a cambio de dádivas para el Sindicato.
Roberto Madrazo, fue otra de la “víctimas” de la sed de poder de Gordillo, a quien le dio la espalda en 2006 para aliarse con Felipe Calderón y derrotar a AMLO. A cambio, logró que su yerno, Fernando González,— encargado de las Redes Sociales Progresistas de AMLO en la campaña de 2018– fuera colocado en la Subsecretaría de Educación Básica de la SEP.
Un año más tarde, el PRI decidió expulsarla del partido, pero la decisión sólo la benefició ya que logró constituir el Partido Nueva Alianza, y mantuvo el control del gremio Magisterial hasta 2013, cuando fue detenida y encarcelada.
A cinco años de permanecer fuera del ojo político, no dejó que su legado muriera, pues su nieto René Fujiwara, y su yerno, Fernando González, se aseguraron de mantenerla vigente, aliándose con el entonces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, quien se empeñó en agradecer el apoyo, pero aseguró que no habría ninguna alianza pues todo se trataba de una “política de apertura”.
Pero no son los únicos dentro del círculo cercano de AMLO que se han encargado de mantener viva la imagen de Elba Esther en la política mexicana.
El ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, y la ex lideresa de la SNTE, no sólo han consolidado lazos de admiración mutua, sino también muchos acuerdos económicos. Ahora, se rumora que con la llegada de su esposa al gobierno del estado, Martha Erika Alonso, existe un pacto entre AMLO entre los Moreno Valle, el cual llevarían al sacrificio a Miguel Barbosa, a cambio de un “bien mayor”, haciendo que los pasos de Gordillo se encaminen a su regreso a la educación.
Otro de los vínculos de Elba Esther, con el próximo gobierno, es el del propio Esteban Moctezuma, propuesto como el próximo titular de la SEP, a quien ya le urge comenzar con la descentralización de las dependencias y empezar su mudanza a Puebla, desde donde asegura comenzará a despachar a partir del primero de diciembre.
Moctezuma ocupó la oficialía mayor de la Secretaría de Educación Pública, donde fuentes de la época lo describían como “aliado” de la entonces todopoderosa lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo.
Ahora, la afamada maestra ha salido en libertad, y absuelta de todo pecado, pero no sin dejar de lado ningún cabo suelto, pues se prepara para un gran discurso anunciado para el próximo 20 de agosto, día marcado para el comienzo de un nuevo ciclo escolar, y parece que también en su vida.
De modo que Fujiwara, Ochoa, González y Moctezuma serán los “brazos políticos” de Elba en el gobierno de AMLO.
