El régimen de Nicolás Maduro desistió de enviar 20 toneladas de oro venezolano al extranjero y cedió ante la creciente presión internacional para mantener los cada vez más escasos activos duros del país en manos seguras.
Las veinte toneladas están valuadas en unos 850 millones de dólares lo que representan alrededor del 10 por ciento de las reservas en el extranjero del Banco Central de Venezuela y representan una fuente importante de riqueza en una nación sumida en la pobreza extrema bajo el mandato del dictador venezolano.
Esos activos forman parte de la batalla por el control de las finanzas venezolanas entre Maduro y Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional que trata de instalar un gobierno de transición con apoyo de Estados Unidos y otros países de la región.
El senador estadounidense, Marco Rubio, aseguró ayer a través de Twitter que Noor Capital, empresa de Emiratos Árabes Unidos, era la institución financiera que operaba la transacción con las autoridades venezolanas. Por lo que advirtió a la compañía que tanto ella como cualquier aerolínea que contrate para transportar el oro serán objeto de sanciones por parte del Tesoro de Estados Unidos.
