Tras la jornada electoral y resultados preliminares por la gubernatura de Puebla, militantes de los dos principales competidores: PAN y Morena, se enfrascaron en un enfrentamiento a golpes.
Desde que la candidata del PAN, Martha Erika Alonso, se anunció como la virtual ganadora de la contienda, su competidor más cercano, el morenista Miguel Barbosa, acusó un fraude electoral a través del uso faccioso de las fuerzas públicas, quienes, denunció, perpetraron agresiones, intimidaciones y robo de paquetería electoral.
Las declaraciones de Barbosa desencadenaron que simpatizantes de su partido irrumpieran en un búnker del PAN, con el pretexto de que ahí se falsificaban paquetes electorales para perpetrar un fraude. Los morenistas cometieron destrozos de papelería electoral y golpearon a militantes del blanquiazul.
Los panistas, por su parte, demostraron que los documentos por los que fueron violentados, no eran boletas, sino actas para realizar sus propios cómputos.
Ante la violencia suscitada, Alonso hizo un llamado a Barbosa y otros candidatos de Morena a “que se comporten con la civilidad que Puebla merece” y que “si tienen dudas del proceso electoral, vayan a las instancias oficiales”.
