Hace algunos meses en el portal de La Otra Opinión comentamos que algunos dirigentes de la sección 22 de la CNTE al mismo tiempo que se niegan a reanudar clases, mantienen a sus hijos estudiando en escuelas privadas.
Es decir que estos cabecillas magisteriales pagan altas colegiaturas por la educación de su descendencia y condenan a los niños de Oaxaca a la ignorancia y el retraso educativo.
Rubén Núñez, líder disidente recién salido de la cárcel, pagaba hasta hace algunos meses cinco mil 800 pesos de inscripción, más una colegiatura mensual de tres mil 830 pesos para que su hija pudiera continuar con su educación en el Instituto Cumbres –incorporado a la Universidad Anáhuac y uno de los más prestigiosos de la entidad–.
En entrevista para La Otra Opinión, el periodista oaxaqueño Roberto Molina comentó que como el caso de Núñez hay muchos otros; como Angélica García, también líder de la Coordinadora, que participa en los bloqueos carreteros y cierres de escuelas en Oaxaca luego de enviar a su hijo a una escuela privada y más tarde a clases particulares de música.
“A los líderes del movimiento no les duele lo que sucede en los estados como Oaxaca, a ellos sólo les interesa recuperar el poder que tenían antes de la reforma educativa. A los otros profesores sólo los acarrean como ganado con la promesa de bonos de los que se desconoce su procedencia”, denunció el periodista oaxaqueño.
Para finalizar Roberto Molina, dijo que la difícil situación en Oaxaca es cada vez más difícil, pues además de los altos índices de pobreza, los bajos niveles de educación son deplorables, y es que no hay –ni hubo antes de la reforma educativa– docentes calificados para impartir clases.
“Los padres de familia están tomando cartas en el asunto, y es penoso que aún sabiendo esto, las autoridades no puedan accionar”, reiteró el periodista.
