PRD; la hora de la verdad

Es probable que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) esté viviendo un momento decisivo para la supervivencia. Es decir, que se juega la vida o la muerte.

Y no, no se trata de una exageración; lo cierto es que el partido amarillo prácticamente se partió en dos cuando uno de sus mayores beneficiados, el señor Andrés Manuel López Obrador decidió poner “casa aparte”.

Como saben Obrador controló el PRD durante 12 años; de 2000 a 2012.

Luego decidió construir su propio partido, Morena, con el que enfrentará la elección de 2018 con otros aliados; la radical CNTE, entre otros.

De esta manera el PRD perdió casi la mitad de los votos que le llevaron a ocupar la tercera posición en la geometría de los partidos políticos. Sin embargo, hoy el PRD va a la baja, mientras que Morena y su radicalismo ganan adeptos.

¿Qué tiene que hacer el PRD para recuperar confianza, credibilidad, y seguidores?

Lo cierto es que se avecina una lucha titánica. Como saben el pasado fin de semana el PRD prolongó su agonía y luego de la renuncia de Agustín Basave no ha decidido quien será su nuevo presidente; el dirigente que debe conducir al partido durante el proceso presidencial de 2018.

Y la agonía se prolongó, porque los perredistas deben tomar una decisión crucial; al elegir a su próximo presidente prácticamente estarán anunciando quién será su candidato presidencial.

¿Por qué?

Porque a estas alturas, aquel político que aspire a la candidatura presidencial por el PRD deberá tener el control del partido desde ahora mismo.

Dicho de otro modo, que el jefe del partido tendrá que ser un aliado del candidato presidencial del PRD.

Por ello se han producido distintos encuentros entre las “tribus” del partido amarillo y algunos de sus potenciales candidatos presidenciales.

El más aventajado, sin embargo, es el Jefe de Gobierno, Miguel Mancera.

El señor Mancera tiene todo para ser el mejor candidato presidencial del PRD. Incluso podría recuperar buena parte de los seguidores que le arrebató Morena al PRD. ¿Y por qué la certeza del “milagro de Mancera”?

Porque si bien Miguel Mancera no es bien visto por un sector amplio de capitalinos –en donde López Obrador se ha encargado de quitarle simpatías-, lo cierto es que un candidato presidencial debe tener el apoyo no sólo de la capital del país sino del resto de las entidades.

De esa manera queda claro que Mancera tiene los instrumentos, la imagen y la popularidad para aspirar a la candidatura presidencial por el PRD y dar buenos resultados.

Sólo falta que los estrategas de Mancera consigan una negociación adecuada para unificar el apoyo de “las tribus” en el PRD.

Por eso no se descarta una sorpresa en la dirigencia del partido amarillo.

Al tiempo.

Tomado de La Silla Rota