¿POR QUÉ DICE MENTIRAS MI HIJO?

Dra. María Elena

Por: Psic Ma Elena Salazar P.

No decir mentiras es una de las primeras enseñanzas que padres y maestros les transmiten a los niños. Sin embargo, la mentira está presente en la vida cotidiana del ser humano. En el diccionario de La Real Academia de la Lengua Española, se define a la mentira como: expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente.

Algunos autores clasifican las mentiras como de dos tipos: unas determinadas por la presión de las circunstancias y otras cuya motivación central es interna. Las mentiras se presentan “por sí solas”, son frecuentemente torpes, lo que le permite postular que su función no es el ocultamiento de lo que le sucede a quien las dice, sino “la necesidad de encubrir otros pensamientos complejos” y tienen un extraordinario poder de resistencia. El mentiroso no confesará con facilidad haber mentido.

Freud (1909), estableció que: ”lo natural para el niño es decir la verdad”, y la raíz de la mentira infantil hay que buscarla en la actitud de los adultos, quienes mienten, sobre todo, acerca de los hechos sexuales. Subraya que: ”Evidentemente, la mentira debe distinguirse rigurosamente de la actividad de fantasear”

Pero algunas mentiras de niños de buena crianza tienen un significado particular y deben llevar a la reflexión al educador —padres y maestros—, en vez de enojarlo. Las mentiras se producen bajo el influjo de unos motivos de amor hipertensos y se vuelven fatales si provocan un mal entendido entre el niño y la persona amada por él que por lo general es uno de los padres, (Freud 1909).

Un ejemplo es la niña que al negarle dinero para comprar unas pinturas para dibujar, se queda con el cambio que le queda al pagar una cuota en la escuela. Cuándo es descubierta, niega los hechos y sufre demasiada aflicción. Pero, ¿ qué significado pudiera tener el robo y mentira de esta niña?

En este específico caso, tomar dinero tenía el significado de construir un vínculo amoroso con el padre. La fantasía de que el padre era su amado resultaba tan seductora como el hecho de tomar dinero del padre para comprar pinturas para dibujar.

Lo niños suelen mentir cuando quieren controlar una situación y cambiar la historia para que funcione mejor a su favor. Otro ejemplo común es decir una mentira para ocultar un error y evitar meterse en problemas. En general, los niños pueden mentir cuando se sienten estresados, quieren evitar un conflicto o llamar la atención.

Pero si la mentira persiste existe el riesgo de convertirla en un hábito, y el niño puede desarrollar un trastorno psicológico. Algunos ejemplos son el juego patológico; el niño miente de forma habitual con el único objetivo de seguir jugando.

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Igualmente la cleptomanía, roba objetos de forma impulsiva aunque no los necesite: o los trastornos ficticios, enfermedades que los niños simulan para obtener beneficios como no acudir a la escuela. Es entonces el momento adecuado para buscar la ayuda de un profesionista.

En conclusión se puede decir que cuando un niño dice mentiras es importante reflexionar en los motivos que lo pueden estar influenciando: el deseo de modificar una realidad que lo está perturbando, el ocultar una verdad que lo avergüenza, el escapar de su propia realidad psíquica y un largo etcétera y cuando los motivos que generan las mentiras en los niños resultan confusos para el educador o si la conducta es muy marcada, es momento de considerar la posibilidad de acudir al especialista.