El “plan B” del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es un “plan V”, de venganza o de vergüenza, básicamente, porque busca desmantelar todo lo que se construyó por más de 30 años en materia electoral.
Muchos políticos, expertos e integrantes de la sociedad civil han advertido que reformar las leyes secundarias tiene como objetivo desmantelar buena parte del sistema electoral que tantas luchas, años y dinero ha costado construir.
Si bien tiene aspectos positivos, como facilitar el voto de los mexicanos en el extranjero, de personas presas o impulsar las acciones afirmativas para grupos vulnerables en cuestión de candidaturas, el mayor enfoque está en debilitar al Instituto Nacional Electoral (INE), tanto en sus alcances como en sus recursos.
Uno de los aspectos más inquietantes es la mutilación del Servicio Profesional Electoral, columna vertebral de todo el sistema. Sobre todo porque aquello de “90 por ciento de honestidad, 10 por ciento de capacidad” ha sido todo un desastre en lo que va de la “Cuarta Transformación”.
Mientras en la Cámara de Diputados fue aprobado de madrugada y en el Senado de la República no permitirán que pase vía “fast-track”, el “plan B” de AMLO es un “plan V”, de venganza o de vergüenza.
En Senado, oposición no permitirá que se apruebe en “fast track” “plan B”
Con información de Reforma
JZ
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