¿Pena de muerte para la inyección letal?

La empresa farmacéutica Pfizer podría haber condenado a muerte las inyecciones letales en Estados Unidos.

De acuerdo con la trasnacional, sus productos ya no podrán usarse para fabricar el “cóctel” que arrebataba la vida a los sentenciados a la pena capital.

La medida, según se sabe, forma parte de una campaña para mejorar la imagen de Pfizer. Y es que anteriormente, era imposible defender la idea de que una marca garantizaba la salud de las personas, al mismo tiempo que provocaba la muerte en ejecuciones.

Pfizer no es la primera empresa que ha impedido el uso de sus productos para fines de pena de muerte; hasta el momento suman más de 20, entre las que destaca Lunbeck; misma que obtuvo el reconocimiento Corporate Social Responsibility Award for Ethical Leadership in the Pharmaceutical Industry.

En Arizona, Oklahoma y Ohio esta prohibición ha retrasado ejecuciones por meses, pues ya no es posible acceder a medicamentos que acaben con la vida de los sentenciados.

Sin embargo, en algunos estados se ha recurrido al mercado negro para adquirir los productos que hacen posible la pena de muerte; mientras que otros han optado por la silla eléctrica, el fusilamiento o la cámara de gas.

La determinación de Pfizer coincide con la adquisición de Hospira, empresa que producía cerca de siete fármacos que se usaban para la pena de muerte, uno de los cuales –en 2014–, se ocupó en lo que pareció una agónica y lenta ejecución.

En el comunicado de prensa, la farmacéutica indicó que sus productos son para mejorar y salvar vidas, no para ocasionar la muerte de alguien.

“Los distribuidores deben certificar que no van a vender los medicamentos para uso en inyecciones letales, para lo que seguiremos de cerca su comercialización”, concluyó Pfizer.