El papa emérito, Benedicto XVI, afirmó que la pederastia se debe a la revolución sexual de los años 60 y a la desaparición de la fe en Occidente.
Benedicto XVI dijo que la revolución de 1968 defendió la libertad sexual y sin normas, por lo que hizo de la pederastia algo permitido y apropiado. También se permitió comentar cómo el supuesto radicalismo de los años 60 afectó en los futuros sacerdotes en los seminarios, pues afirma que varios seminaristas eran homosexuales y lo mostraban abiertamente.
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Estas declaraciones fueron publicadas en “Klerusblatt“, un mensual dedicado al clero, en el que el papa rompió con el silencio después de que la iglesia se ha visto envuelta en críticas por casos de pederastia en Estados Unidos, Chile, Australia y Europa.