En alguna ocasión comentamos que, en lo oscurito, el gobierno priista de Veracruz –encabezado por Javier Duarte–, habría pactado una alianza de facto con la Morena de Andrés Manuel López Obrador.
Con el fin de romper la alianza entre el PAN y el PRD, el veracruzano se habría acercado al tabasqueño y ambos tendrían un pacto de no agresión.
Prueba de lo anterior es el silencio que ha mantenido López a propósito de las muchas fallas del gobierno de Duarte.
Prueba de ello sería, también, el crecimiento de Morena en la elección del pasado siete de junio.
Y prueba de ello sería, además, el nombramiento de Cuitláhuac García Jiménez como candidato de Morena al gobierno de Veracruz.
Sobra decir que el ahora diputado federal García Jiménez es un perfecto desconocido. Sobra decir que el abanderado de Morena no tiene la menor posibilidad de triunfo. Y sobra decir que López convirtió a Cuitláhuac García en un candidato condenado a perder.
Una vez más, Andrés Manuel López Obrador demuestra que es capaz de utilizar a las personas y de jugar con sus ambiciones políticas con tal de salirse con la suya.
Una vez más, el tabasqueño deja claro que su sed de poder lo lleva a utilizar a terceros como si fueran objetos de su propiedad.
Y una vez más, Andrés Manuel fabrica una candidatura testimonial, diseñada para mantener los pactos que tiene con el gobierno de Javier Duarte.
¿Y por qué decimos que Cuitláhuac García es un invento?
Porque antes de ser delegado de Morena en Xalapa, el ahora candidato no había tenido una militancia política activa.
Porque si bien Cuauhtláhuac García ganó algunos reflectores durante la recolecta de firmas contra la reforma energética, no se sabe mucho más de él.
Porque aunque en el perfil que aparece en la página de Morena, se dice que García Jiménez habría sido un joven activista del movimiento que encabezó Heberto Castillo; en todos los textos que ha escrito sobre su trayectoria, el ahora candidato a gobernador no menciona el hecho.
Porque atrás de Cuitláhuac García sólo existe una trayectoria de 20 años como maestro. Nada más.
Y porque lo único que respalda al candidato de Morena es su devoción por López Obrador. ¿Quiere pruebas? En una entrevista de radio, Cuitláhuac aseguró que el político que más admira es López Obrador. Y cuando le pidieron que definiera la honestidad y la congruencia… también respondió con el nombre del tabasqueño.
No hay dida, Morena postuló un candidato para perder.
