Una de las tantas promesas de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador fue iniciar las investigaciones en contra de expresidentes, a quienes criticó y atacó hasta el cansancio, para que pagaran por los “crímenes” que cometieron durante sus administraciones.
Por ello, explicó que no sería él el encargado de decidir si merecen o no un juicio pues dejaría esa iniciativa en manos de la ciudadanía por medio de una consulta, no obstante, el tabasqueño aseguró que tiene muy clara su postura: “votaría en contra de que abran procesos judiciales en su contra”.
“Pues mi propuesta fue de que se pensara en un punto final y que solo si la gente lo solicitaba, lo pedía que se hiciera una consulta, reformando el artículo 35 de la Constitución… y que sean los mexicanos los que decidan, pero irnos a preguntar a la gente si quiere juzgar a Salinas, a Zedillo, a Fox, Calderón y Peña Nieto”, declaró.
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La verdadera duda sería ¿por qué durante su búsqueda por el poder atacó y culpó, y continúa haciéndolo, a los exmandatarios si no iba a realizar acción alguna luego de ganar las elecciones?
