Otra vez papá gobierno…Oootra vez al rescate de los Estados

Todo indica que los estados y municipios no tienen interés en administrar eficientemente sus recursos. Sin importar el partido en el poder, las arcas estatales tendrán que ser rescatadas por la Federación.

Como si fueran adolescentes rebeldes, los estados gastan lo que no tienen y su papá –la Federación– tiene que rescatarlos.

Y es que a los estados parece no importar la recién aprobada Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios, propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto.

Si bien esta Ley de Disciplina Financiera –trabajada por los tres órdenes de Gobierno–, busca el fortalecimiento institucional y finanzas públicas sanas, una gestión más eficiente de los recursos públicos y una correcta rendición de cuentas en el ámbito local; aún no la vemos en acción.

La mejor prueba la encontramos documentada en la prensa nacional.

Debido a la caída del precio del petróleo, en el primer bimestre del año se registró un boquete de 12 mil millones de pesos en las finanzas estatales. En consecuencia, las entidades tendrán que recurrir al Fondo de Estabilización de los Ingresos para las Entidades Federativas (FEIEF) para tratar de compensar la pérdida de recursos.

Cabe señalar que estos fondos de estabilización fueron creados en el año 2000 y se emplearon los recursos excedentes derivados de la venta del petróleo.

En este sentido, pese a que los estados y municipios deberían actuar con eficiencia y honradez frente a la incertidumbre de lo que podría ocurrir en el futuro, muchos se limitan a extender la mano y a pedir recursos a papá gobierno.

¿Y los castigos para quienes incurrieron en actos de corrupción? ¿y las sanciones para quienes utilicen de manera incorrecta los recursos públicos que no sean destinados a la inversión pública? ¿esos cuándo serán regulados?

Frente a este panorama, no estaría de más que los gobiernos estatales mostraran algo de prudencia y apliquen los recursos del fondo a los asuntos urgentes. Después de todo, se supone que la administración pública opera con “el cinturón apretado”.

Pero la cosa no termina aquí. Luego del boquete financiero por la caída en los precios del petróleo, es necesario preguntar, ¿cuándo veremos a estados capaces de generar sus propios ingresos y dispuestos a solventar sus gastos? ¿cuándo veremos a entidades con finanzas sólidas? ¿cuándo veremos a gobernadores responsables que hacen lo que les toca y no sólo extienden la mano al gobierno federal?