OPOSICIÓN: ¿CONSTRUCCIÓN O DECONSTRUCCIÓN?

José Alberto Márquez Salazar

José Alberto Márquez Salazar

Cuatro tendencias electorales marcan los últimos días de proselitismo electoral y señalan una ventaja para la presidencia de la República a favor de Claudia Sheinbaum Pardo: 27 (Covarrubias y Asociados/El Heraldo de México) 25.7 (El Economista/Mitofsky), 20 (Reforma) y 14 puntos (El Financiero).

 

Sea cuál sea la diferencia porcentual en el resultado de la elección de este 2 de junio, casi lógico, la actual oposición integrada por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Revolucionario Institucional (PRI) deberá hacer un examen crítico del porqué no respondieron a la expectativa que le propusieron a los electores mexicanos. Parecido al que no hicieron luego del 2018.

 

Más allá de la estrategia post electoral que implemente cada partido político de la alianza “Fuerza y Corazón por México”, será indispensable explicar, a esa parte de la sociedad civil, cuáles fueron los errores de estrategia, de recursos, de visión, de movilización y hasta de vocerías; porqué encandilaron a la candidata presidencial en una batalla que, de antemano, se sabía desigual y porqué la fueron engañando con encuestas erróneas.

 

También deberán explicarle a esa parte de la #MareaRosa, que no tiene antecedentes partidistas, porqué dejaron a Xóchitl Gálvez sin el apoyo total y, ella misma, deberá responder muchas preguntas. Seguramente, las culpas recaerán en ella y en su equipo de campaña.

 

Xóchitl Gálvez pudo garantizar el triunfo del “Va por la Ciudad de México” y no arriesgar su capital político y de liderazgo en una batalla que estaba destinada a la derrota. El canto de las sirenas no marcó la mejor ruta.

 

Sí, puede entenderse que el corporativo del PAN en la CDMX no le haya permitido a Gálvez ascender a la candidatura, pero –de confirmarse las tendencias- la oposición habrá desperdiciado un liderazgo creciente que, probablemente, se irá apagando.

 

Sí la alianza de “Fuerza y Corazón por México” pierden la elección, al ser, en estos momentos, la oposición más fuerte al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), ¿hay esperanza de que se reconstruya o de construir una diferente?

 

De entrada, los partidos políticos que sobrevivirán a esta elección (PAN y PRI) mantendrán a sus dirigencias por unos meses y en cargos de elección popular, especialmente en la Cámara de Diputados y Senado de la República. ¿Serán una mejor oposición al gobierno de Claudia Sheinbaum? Lo dudo.

 

Primero. Es evidente que la alianza PRI-PAN intentará mantenerse en el Congreso de la Unión, pero el Revolucionario Institucional verá la migración de legisladores (y de dirigentes y militantes) hacía MORENA y Movimiento Ciudadano (MC).

 

Segundo. ¿El PRI estará viviendo sus últimos días como fuerza política nacional? Perdieron en el 2000 y parecía que desaparecerían, pero los errores fatales de las administraciones del PAN les dieron vida en el 2012. Su sobrevivencia tiene que ver con lo que puedan negociar con MORENA y con Claudia Sheinbaum. Pero difícilmente volverán a ser segunda fuerza política nacional, en esta década.

 

Tercero. El PAN serán la segunda fuerza política en el Congreso de la Unión, pero tendrán el peso de que, aunque no lo reconozca la misma candidata, Xóchitl Gálvez surgió de sus filas. No serán pocos los dirigentes y militantes que cuestionen a la dirigencia el ¿porqué ir en alianza con dos negativos, el PRI y el PRD? Ellos y Gálvez pudieron ser más competitivos y ahora, el PAN podría quedarse sólo en algunas negociaciones en el Congreso de la Unión.

 

El PAN debe renovar sus cuadros, cambiar a esta dirigencia cuestionada  e incapaz. Tendrá que vivir una revolución interna sino quiere andar por la senda del PRI y volverse espectador de primera fila.

 

Cuarto. MC será un factor clave en el trabajo de construcción de una nueva oposición. De hecho, al apostar a miles de jóvenes, MC tiene la probabilidad de convertirse en un activo político electoral muy importante para las elecciones del 2027 y, especialmente, del 2030. Tiene cuadros y mantendrán dos gubernaturas. Si las tendencias se confirman, tendrán una representación que casi iguale al PRI, en la Cámara de Diputados.

 

Quinto. La experiencia de los ex dirigentes y militantes de varios partidos políticos, que se disfrazaron de sociedad civil y empujaron a la #MareaRosa, ¿intentarán consolidarla como partido político? ¿Lo harán acompañados del liderazgo de Xóchitl Gálvez? ¿Serán financiados por Claudio X. González?

 

Sexto. Si la oposición apuesta a la supuesta “dictadura” que ejercerá Claudia Sheibuam; a los errores; a la “manipulación”, que afirman, hará Andrés Manuel López Obrador de ella; y a creer que “son idiotas” los que votan por MORENA, se equivocarán nuevamente.

 

Séptimo. Existe una diferencia en la convocatoria política de MORENA y de la alianza. “Fuerza y Corazón por México” convocó a la lucha por la democracia y apostó por los errores del gobierno; MORENA construyó alianzas con los movimientos sociales e identitarios, apeló a ancestrales reivindicaciones culturales, sociales y económicas del “pueblo” y con las transferencias directas ganó mucha presencia y votos.

 

Si gana Claudia Sheinbaum la presidencia de la República, mantiene la mayoría en el Congreso de la Unión y la mayoría de las gubernaturas, esa parte del electorado que voto en su contra necesitará mejores liderazgos opositores. No los hay actualmente y será indispensable construirlos. México necesita una mejor oposición para un equilibrio político porque el poder absoluto corrompe absolutamente. Lo saben el PRI y el PAN, pero lo olvidaron.