Dentro de la política de austeridad del presidente Andrés Manuel López Obrador se decidió que ningún servidor público puede obtener mayores ingresos que los del propio titular del ejecutivo.
Por ello, esta tarde Obrador de nueva cuenta criticó los amparos que han interpuesto varios legisladores para impedir que su salario sea reducido y los tachó de “corruptos” pues considera que los negocios deben realizarse en el sector privado y no en el público.
“Ya hay una ley, ya nadie puede ganar más que el Presidente. Yo me bajé el sueldo en menos de la mitad de lo que ganaba Peña Nieto sin compensaciones: 108 mil pesos al mes y de ahí para abajo. Imagínense un servidor público que se atreve, habiendo tanta pobreza, a ganar 500, 600, 700 mil pesos mensuales y si no es servidor público puede ser funcionario y sin duda es un corrupto, no debería estar en el servicio público”, exclamó muy molesto.
