México ha tenido cuatro presidentes cuyo primer apellido es López. Y a lo largo de la historia, los cuatro quedaron hermanados por el caudillismo, el populismo, las ocurrencias, la intolerancia hacia la disidencia…y por una gran vocación para dañar al país.
Estos cuatro jinetes del Apocalipsis nacional son: Antonio López de Santa Anna, Adolfo López Mateos, José López Portillo y Andrés Manuel López Obrador.
El pasado martes, López Obrador llamó al PRI a retomar el camino de Adolfo López Mateos, a quien consideró “uno de los mejores presidentes” que ha tenido México.
Lo que no dijo el primer mandatario fue que López Mateos fue un gran represor de los movimientos sociales y de toda disidencia, al grado de que durante su sexenio fueron reprimidos con cárcel o con su ejecución campesinos, copreros, ferrocarrileros, intelectuales y opositores políticos.
El caso más grave de represión fue el asesinado del líder agrario Rubén Jaramillo, de su esposa embarazada y de sus tres hijos, el 23 de mayo de 1962 en el estado de Morelos.
Durante el sexenio de López Mateos también fueron encarcelados el líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo y el dirigente del Partido Comunista, Valentín Campa, a quien el presidente López Obrador rindió homenaje el 25 de noviembre del 2019.
En cuanto a Antonio López de Santa Anna, es conocido el papel que jugó durante la construcción de México como nación en el siglo XIX. A partir de 1933 entró y salió de la Presidencia de la República varias veces; propició la separación de Texas, vendió a Estados Unidos el territorio conocido como La Mesilla, e instauró una dictadura en 1953.
Por su parte, José López Portillo, uno de los presidentes más populistas del siglo XX, manejó la economía con una gran frivolidad e irresponsabilidad. El corolario del desastre que fue su gobierno fue la nacionalización de la banca en 1982, lo que generó una crisis que costó varios años superar.
Nuestro actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha retomado aspectos de cada uno de sus tres antecesores que también se apellidaron López. De Santa Anna copió el caudillismo y el gusto por la silla presidencial; de López Portillo el populismo y de López Mateos la intolerancia a la crítica y a la disidencia.
Aún le quedan tres años de gobierno, tiempo suficiente como para que se le ocurran más locuras como las que ya ha concebido.
Tres años más de esta pesadilla que significa el gobierno de uno de los integrantes de un patético cuarteto al que bien podríamos llamar “Nosotros los López”.
OFF THE RECORD
**EL “REY DE LA BASURA”
El Rey de la Basura, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, se coló a la dirigencia nacional del PRI, a través de uno de sus incondicionales, Tonatiúh González Case.
Entre los cambios al CEN anunciados ayer por Alejandro Moreno Cárdenas, está la inclusión de González Case como secretario general adjunto.
De mal en peor.
**¿IFIGENIA APRENDIÓ A ROBAR?
Ayer le fue entregada la Medalla Belisario Domínguez a la senador Ifigenia Martínez, una mujer que se ha caracterizado por su lucha a favor de la democracia.
Como parte de su trayectoria académica, Ifigenia cuenta con una maestría en Economía en la Universidad de Harvard.
¿Habrá ido a esa universidad para aprender a robar?
Creemos que no.
Pero López Obrador piensa que quienes estudian en el extranjero solo van a aprender a robar.
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