Nos tiraron… pero estamos de vuelta

En este espacio no nos cansamos de denunciar, de señalar y de exhibir a los inquisidores modernos, a los intolerantes y a los censores del Siglo XXI.

Aquí hemos hablado de los gobernadores que presionan a las repetidoras para sacar del aire nuestros programas de radio; hablamos de los poderes fácticos que cierran las puertas a nuestras publicaciones; hablamos de la “jauría de idiotas” que habita en las redes sociales y que tiene por consigna aplastar todo pensamiento medianamente distinto al políticamente correcto; y hablamos de los criminales organizados que –con la ley de plata o plomo–, callan las voces y plumas críticas de su sanguinaria labor.

Y es que frente a la censura, el único remedio es la denuncia.

Por eso, hoy insistimos y denunciamos que el sitio de La Otra Opinión fue víctima de un ataque cibernético que lo tuvo fuera de linea por más de 24 horas.

Al igual que ocurrió con sitios hermanos –como Letra Roja–, manos interesadas orquestaron un bombardeo de entradas –desde distintos puntos de planeta–, hasta que reventaron nuestros servidores y nos eliminaron del mapa.

Sin embargo, nos sobrepusimos al golpe. Hemos tomado las medidas pertinentes para evitar una agresión similar y estamos de regreso.

Es una pena que, en pleno Siglo XXI, hombres y mujeres del poder; hombres y mujeres de la empresa; hombres y mujeres de la academia; así como hombres y mujeres de la tecnología utilicen sus recursos, su influencia y su conocimiento para cerrar espacios críticos, para aplastar a las voces discordantes, para cerrar las bocas y amarras las manos que dicen y escriben lo que algunos no quieren escuchar.

Es una pena que en los tiempos de redes sociales, de revoluciones tecnológicas y de la mayor interconexión en la historia, algunos insistan en desandar sus pasos y repitan vicios que deberían estar superados.

Nos tiraron… pero estamos de vuelta.