Por un lado, algunos insisten que en México domina el mal humor social.
Por el otro lado, las cifras de consumo –y buena parte de los indicadores económicos–, hablan de una economía que no es pujante pero sí mucho más sólida de lo que algunos esperarían.
Por un lado, los mexicanos desconfían de las autoridades, critican todo lo que tiene que ver con la clase gobernante y reprueban los aciertos y los errores de los políticos.
Y por el otro lado, los destinos turísticos están repletos, las tiendas comerciales han registrado ventas históricas y las clases medias llevan un estilo de vida que pocos –hace décadas–, habrían imaginado.
¿Ante qué fenómeno estamos?
En entrevista para La Otra Opinión, Valeria Moy –directora de México Cómo Vamos–, presentó tres argumentos que ayudarían a entender esta aparente contradicción.
El primero. Que la economía crece pero no lo suficiente. Que el consumo aumenta pero no existe mayor inversión. Que estamos bien pero podríamos estar mucho mejor.
La segunda. Que a pesar de la salud financiera, factores como la corrupción y la impunidad lesionan el ánimo de las personas. Es así que, a pesar de no vivir tan mal, muchos se quedan con la imagen negativa que rodea a estos cánceres sociales.
Y la tercera. Que el “mal humor” de hoy es el mismo de siempre. No obstante, hoy existen redes sociales que amplifican los mensajes y generan la impresión de que el ánimo colectivo está más polarizado que nunca.
¿Usted con cuál se queda?
