En un acto de autoritarismo total la Secretaría de Energía (Sener) —junto con la Comisión Federal de Electricidad (CFE)— firmó un acuerdo para cancelar los programas de energías renovables, sobre todo, aquellos que administraría la inversión privada.
Sin embargo, esa decisión va a generar diversos conflicto, tanto legales, económicos y, en el peor de los casos, de salud pública.
Con la determinación de la Sener se busca que la CFE consuma el combustóleo que produce Pemex, el cual es una gran contaminante que otros han países decidieron ya no usar, por lo que las energías renovables eran la solución económica y sustentable para producir la electricidad que el país necesita.
No obstante, esta última opción se desechó de un plumazo por la administración de Andrés Manuel López Obrador; aunque el detalle aquí es que la utilización de combustóleo por la CFE pone en riesgo la vida de los mexicanos, como lo manifestaron varias instituciones en un estudio cómo la Central Termoeléctrica de Tula es responsable de más de 14 mil muertes prematuras al año, en Tula y en la Zona Metropolitana y Valle de México.
Incluso el columnista de Reforma, Carlos Elizondo, describe, con lujo de detalles, en su artículo ‘Matar y lastimar’, 17/05/20, cómo el gobierno de AMLO no solo atenta contra la utilización de renovables, pues con su retrograda visión también afectará, aún más, la salud de la ciudadanía.
Con información de Reforma
