Morena será rehén del PT y PVEM en San Lázaro

Foto: Infobae

Al no lograr por sí solo la mayoría absoluta en la próxima legislatura de la Cámara de Diputados, Morena se convertirá en rehén de sus rémoras PT y PVEM, cuyos dueños venderán caro su amor. 

En el mejor de los escenarios, el concentrado de encuestas –un promedio de las más representativas y confiables que se han difundido hasta el momento— señala que Morena tendría hasta 228 diputados, por lo que le faltarían 23 para lograr la mayoría absoluta de 251.

Esos 23 diputados solo los podría obtener de quienes actualmente son sus aliados dentro de la “Cuarta Transformación” y en el proceso electoral: el PT y el PVEM, que tendrían cada uno aproximadamente 45.

Pero, sabedores de lo que valdrán sus relativamente pocos diputados, los líderes de ambos partidos obligarán a las cúpulas de Morena a cederles importantes espacios de decisión dentro de la misma Cámara de Diputados o incluso en el gobierno federal para ayudarle a construir “su” mayoría.

El partido que se pondrá más difícil será el PT, cuyo dueño absoluto, Alberto Anaya, se perfila para ser el coordinador de la bancada en San Lázaro, aunque eso no le guste a Gerardo Fernández Noroña.

Dueño del grupo parlamentario del PT, Alberto Anaya intentará cobrarle a Morena y a su líder, Andrés Manuel López Obrador, todos los agravios recibidos en lo que va del sexenio.

Anaya no solo ha sido despreciado personalmente por López Obrador –no lo ha querido recibir— sino que el gobierno federal se ha negado a apoyar con recursos públicos al sistema de Cendis que maneja la esposa del líder del PT, Guadalupe Rodríguez.

Estos temas surgirán inevitablemente cuando los operadores de Morena y del presidente busquen a Alberto Anaya para negociar los términos en que se conformará una alianza legislativa en San Lázaro para los próximos tres años.

En cuanto al PVEM, es conocido el oportunismo de su dueño, el ex Niño Verde Jorge Emilio González Martínez, y de su principal operador, Manuel Velasco Coello.

Ninguno de los dos da paso sin huarache. La fuerza que obtendrá el PVEM tras las elecciones le alcanzará para exigirle a Morena posiciones como presidencias de comisiones legislativas importantes a cambio de construir la mayoría que el presidente desea.

Morena se verá obligada a ceder mucho y a permanecer los próximos tres años como rehén de sus dos rémoras o al menos de alguna de las dos y únicamente para lograr una mayoría absoluta, que es la que tiene por sí mismo actualmente.

Para lograr la mayoría calificada que tanto anhela el presidente López Obrador, Morena tendría que negociar, además de con el PVEM y con el PT, con MC, propiedad de Dante Delgado.

Solo con PT, PVEM y MC, Morena lograría esas dos terceras partes que le permitirían cortarle la cabeza al presidente del INE, Lorenzo Córdova y aprobar reformas a la Constitución. 

Pero para cooptar a los tres partidos a la vez, Morena tendría que ceder todas las posiciones de relevancia en órganos de gobierno y en comisiones legislativas importantes. Y sacrificar espacios fuera de la Cámara de Diputados.

Pero Morena no tiene tanto para repartir. El partido del presidente está condenado a pasar los próximos tres años bajo el riesgo permanente de enfrentar chantajes por parte de sus rémoras que, una vez sí y otra también, amenazarán con romper su alianza legislativa con cualquier pretexto.