MORENA: ¿RUPTURA DESDE ADENTRO?

Este texto se pudo haber titulado “Cuando las corcholatas marginadas se juntan”. O bien, “El abrazo de Acatempan, versión corcholata”

Este texto se pudo haber titulado “Cuando las corcholatas marginadas se juntan”. O bien, “El abrazo de Acatempan, versión corcholata”.

¿De qué habrán hablado el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, durante el desayuno que compartieron el pasado domingo antes de la toma de posesión del nuevo gobernador de Zacatecas, David Monreal Ávila?

Más allá de los temas que hayan tratado, el solo hecho de que se hayan reunido es en sí un mensaje, pues se trata de dos personajes de gran relevancia que aspiran a la candidatura presidencial del 2024 por Morena que, al parecer, ya está escriturada a nombre de otra persona.

A ambos les interesaba que se difundiera ampliamente el hecho de que se reunieron, por lo que ellos mismos, por separado, se encargaron de postear en Twitter imágenes del encuentro.

Con dicha reunión, Monreal y Marcelo lanzan el mensaje de que no se quedarán con los brazos cruzados si se impone la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador –bastante telegrafiada hasta el momento–  de que la candidatura presidencial de Morena sea para la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Si se confirma de una manera descarda el dedazo hacia Sheinbaum, podría venir una ruptura desde el interior de Morena similar a la que en 1986 significó el principio del fin de la hegemonía política del PRI.

Un partido político que encabezaba un régimen monolítico, que tenía la Presidencia de la República, el control absoluto de las dos cámaras del Congreso,  todos los gobiernos estatales y hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, solo podía derrumbarse desde adentro. Algo así puede ocurrir con Morena.

Tanto Monreal como Marcelo tienen muy buenas relaciones con Movimiento Ciudadano, un partido que en las elecciones del pasado 6 de junio consolidó sus posiciones en el estado de Jalisco, ganó el estado de Nuevo León y estuvo a punto de obtener también Campeche.

Una candidatura opositora a Morena y a la candidata “oficial”, podría definirse entre Monreal y Marcelo, con respaldo de MC y de líderes que aún poseen un importante poder fáctico y que no están muy contentos con la autodenominada “Cuarta Transformación”, como Elba Esther Gordillo.

La maestra no logró conservar su nuevo partido político, pero mantiene la estructura con la que obtuvo el registro condicionado de Redes Sociales Progresistas, además de que aún controla a un sector del SNTE.

Una candidatura fuerte surgida a partir de una ruptura de Morena podría atraer a otras fuerzas políticas opositoras y hacerla aún más competitiva, como ocurrió en 1988 con el Frente Democrático Nacional que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas.

El senador Ricardo Monreal ya ha dejado claro varias veces que estará en la boleta electoral del 2024 y que ojalá sea candidato “a la buena” por Morena. El canciller Marcelo Ebrard ha sido más mesurado pero también ha hecho manifestas sus aspiraciones.

Hábiles en la política, ambos personajes no esperarán hasta las definiciones de último minuto, cuando la “encuesta” de Morena diga que la candidata será Sheimbaum. Se empezarán a mover antes. De hecho, ya se empezaron a mover.

OFF THE RECORD

**REVISAR EL CASO TULA

Si en este país existiera el estado de derecho, se investigaría todo lo relacionado con la muerte de 15 personas en el Hospital del IMSS de Tula, Hidalgo el pasado 6 de septiembre.

Ese día murieron 17 personas, pero las autoridades aseguran que dos decesos no tuvieron relación con la inundación de ese día.

Se deben revisar las bitácoras de comunicaciones entre el hospital, la Presidencia Municipal de Tula y la Conagua, pasa saber quién falló.

Porque de que hubo negligencia, la hubo.

**INDÍGENA QUE NO LO ES

Gran polémica ha generado la difusión de la imagen de la estatua de una mujer supuestamente indígena que será colocada en donde estaba el Monumento a Cristóbal Colón.

La estatua parece todo, menos una mujer olmeca. Es una mezcla de un alien y de Ultraman, ese súpero héroe de una serie japonesa que se transmitía por la televisión en los años 60.

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