Morena hizo todo lo necesario para aplazar el mayor tiempo posible el desafuero del diputado Benjamín Saúl Huerta, acusado de abuso sexual y violación equiparada en agravio de varios menores de edad.
Para cuando se concrete el desafuero, el diputado, a quien Morena ya le había autorizado buscar su reelección, ya estará ilocalizable, escondido en algún lugar del país o del extranjero.
La protección a Huerta empezó desde el mismo día en que fue detenido en un hotel de la Ciudad de México, cuando el coordinador de la bancada de Morena, Ignacio Mier Velasco, afirmó que no podía hacer nada porque los abusos los cometió “como parte de su vida privada”.
Luego, Huerta contó con la protección de Morena en la Sección Instructora, que le dio preferencia al desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca, y envió a la congeladora el del diputado pedófilo.
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La intención de Morena era que el tema de Saúl Huerta no contaminara las campañas políticas y le restara votos en las elecciones del pasado 6 de junio.
Cuando por la presión de la opinión pública el asunto fue retomado, Morena nuevamente recurrió a un sinfín de triquiñuelas tanto en la Sección Instructora como en la Comisión Permanente para aplazar todavía más el desafuero.
El nuevo objetivo de Morena era que se llevara a cabo la consulta popular del pasad 1 de agosto sin que este proceso se contaminara con el asunto Huerta.
El escenario ideal para Morena era que de plano no hubiera desafuero, sino que el legislador perdiera su fuero de manera natural al concluir la legislatura, de tal forma que no se hiciera más escándalo con ese tema.
Familiares de las víctimas han denunciado que recibieron presiones para que retiraran algunos cargos y esperaran a que llegara el 1 de septiembre para que Huerta pudiera ser perseguido.
Pero Morena no aguantó más la presión de la sociedad y tuvo qué ceder. El desafuero de Huerta tendrá lugar esta tarde durante una sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados, a la que, por supuesto, no acudirá el acusado.
Medios de Puebla reportan que desde hace varias semanas el diputado está ilocalizable. Desde que fue detenido, el pasado 21 de abril, no ha vuelto a aparecer públicamente.
Su oficina de gestión social de Puebla luce abandonada y nadie contesta el teléfono. Y en San Lázaro no se ha vuelto a presentar. Ni se presentará.