Casi nadie se dio cuenta, pero durante la sesión del pasado miércoles, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dejó entrever que el partido Morena cometió un delito al tratar de acreditar con documentos falsos el supuesto origen indígena de Pedro César Carrizales Becerra, alias El Mijis.
Durante dicha sesión, el TEPJF decidió cancelar el registro de El Mijis como candidato a diputado plurinominal de Morena por haber sido registrado como parte de la cuota que debe ser asignada a la población indígena sin demostrar su pertenencia a algún grupo étnico.
Pero dentro del resolutivo correspondiente, el TEPJF decidió dar vista a la Fiscalía General de la República (FGR), debido a que los directores de Asuntos Indígenas de los municipios de San Antonio y Axtla de Terrazas, de San Luis Potosí, negaron haber expedido las constancias con las que Morena pretendió acreditar el carácter de “indígena” de El Mijis.
En pocas palabras, si los funcionarios municipales correspondientes no emitieron las constancias que Morena presentó ante el Tribunal ¿De dónde las sacó Morena? ¿Habrán ido a Santo Domingo por unas constancias piratas para poder postular como candidato a un indígena pirata?
Durante la sesión, del TEPJF, el INE también se llevó su machucón, por no haber revisado con lupa la documentación presentada por Morena dentro de un proceso tan desaseado, que primero quiso hacer pasar a Carrizales como indígena tenek y después como náhuatl.
A partir de que sea notificado, Morena tendrá 48 horas para postular a un candidato a diputado que en realidad sea indígena y deberá pensar en cómo explicar a los agentes de la FGR la forma en que obtuvieron dos constancias municipales falsas.
Eso, en el supuesto de que la FGR sufra un ataque de responsabilidad institucional y decida investigar el delito del que le dio aviso el TEPJF.
