La militarización de la seguridad pública del país solo exhibe el fracaso de la Guardia Nacional, algo que no ha querido reconocer el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Algo no cuadra en los anhelos militaristas de López Obrador. Desde Palacio Nacional el tabasqueño ha lanzado toda la caballería para que la Guardia Nacional pase a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Lo anterior genera un cuestionamiento por demás importante: ¿y eso en qué va a cambiar la realidad de inseguridad que se vive en todo México?
Dicha pregunta es importante, porque la Guardia Nacional fue creada en marzo de 2019, desde entonces ha sido manejada por los militares y la delincuencia sigue imperando en el país y los índices delictivos siguen igual de deprimentes que en el sexenio anterior.
Estrategia de seguridad no da resultados
Es decir, con esto del pase a la Secretaría de la Defensa Nacional, López Obrador ha querido desviar la atención de dos grandes verdades: que la Guardia Nacional es un fracaso, pues no tiene personal propio, y que la política de seguridad nada más no da resultados.
Y no es solo una cuestión de cifras, sino de realidades como las de los transportistas en las carreteras de Veracruz; de los habitantes de Ciudad Juárez, Chihuahua, que murieron en una tarde de fuego; de los aguacateros que pagan tributo al crimen organizado; y un largo y doloroso etcétera.
Mientras Morena, aliados y el PRI complacieron los deseos de AMLO, es un hecho que la militarización de la seguridad pública del país solo exhibe el fracaso de la Guardia Nacional.
Con información de Reforma
JZ
