México, país de mariguanos. ¿Dónde compran su mota?

La pregunta parece ingenua, si no es que inútil.

Sin embargo, la respuesta de los consumidores puede exhibir no solo la mayor red de distribución de cualquier producto imaginable –en México y el mundo–, sino confirmaría que una sociedad como la mexicana –de alto consumo de drogas lícitas e ilícitas–, es una sociedad que gusta de la doble moral. ¿Por qué?

Primero, porque seguramente los sistemas de distribución de marihuana al menudeo en México son envidia de cualquier estratega de mercadeo del producto que se quiera. Y es que para conseguir marihuana basta desearla y voltear al entorno inmediato para localizar a un vendedor, proveedores o dealer.

Y segundo, porque la noticia no es quién conoce a un vendedor de marihuana, sino quien no conoce a quién la vende, dónde se vende y cuánto cuesta una dosis de marihuana, cocaína o cualquiera de las llamadas drogas duras. Y si dudan, las estadísticas son contundentes.

Según el estudio Panorama del Consumo de Sustancias en Estudiantes de la Ciudad de México 2014, el consumo de marihuana en secundaria y bachillerato incrementó casi 4 % en los últimos 3 años, ya que pasó de 25.9% a 29.6%. En 2012 las tendencias de consumo de drogas en la capital del país reportaron que el consumo de marihuana era del 36.1% del total de la población. Es decir que casi cuatro de cada diez habitantes del DF consumen la droga.

¿Y dónde compra marihuana esa importante cantidad de consumidores capitalinos? Todos lo saben, pero todos lo callan. Y por eso la doble moral de buena parte de la sociedad mexicana, de las autoridades del GDF, universitarias, escolares, policiacas y de empresas privadas.

Y es que, por ejemplo, en la UNAM todos saben que “las islas” son el principal centro de venta y distribución de droga; misma que se dosifica y embolsa en espacios robados por grupos radicales, como el Auditorio Justo Sierra –Ché Guevara–, a la vista y conocimiento de todos. ¿Y qué dicen o han dicho rectores que van y vienen? ¿Qué ha

dicho el nuevo rector? ¿Qué dicen las autoridades del IPN, de la UAM, Conalep..? Nada.

En escuelas primarias, secundarias y preparatorias públicas todos los directores y maestros saben quien vende droga, sea dentro o fuera de los planteles. La SEP lo sabe; lo conoce el SNTE y la CNTE, pero todos callan. Y no se diga las escuelas privadas, en donde incluso se ha convertido en estatus el consumo, venta y distribución de drogas.

El GDF conoce el número y ubicación de “tienditas” donde se vende todo tipo de droga, en especial marihuana. Pero abundan los policías y autoridades delegacionales que “ordeñan” el secreto. Es decir, pasan por su cuota.

¿Cuántas y cuáles oficinas públicas municipales, estatales federales tienen elevados niveles de consumidores de marihuana y otras drogas? Nadie lo sabe. Pero en todas las oficinas públicas –y en no pocas empresas privadas–, todos saben a quién acudir para buscar cualquier droga.

Y si dudan que es más fácil comprar marihuana que encontrar un puesto de tacos, los centros de Integración Juvenil reportaron, en 2014, que en 18 estados del país la marihuana superó el consumo de tabaco.

Los estados donde se consume más marihuana que tabaco son: Aguascalientes, Baja California Sur, Colima, Chiapas, Chihuahua, Distrito Federal, Guerrero, Estado de México, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Michoacán, Morelos, Nayarit, Veracruz y Yucatán.

México, país de mariguanos. Pero nadie sabe y nadie vio. ¿Dónde compran “su churro” los consumidores de marihuana?

Al tiempo.

Tomado de El Universal