“Aunque no lo crea, puede ganar Meade” escribió Enrique Quintana hoy en su columna para El Financiero.
Quintana llega a esta conclusión tomando como referencia lo que ha ocurrido en las tres elecciones presidenciales más recientes.
Quintana asegura que en 2000, 2016 y 2012, el resultado final implicó cambios dramáticos respecto a lo que arrojaban las encuestas en febrero: en dos casos, perdió la elección quien encabezaba las encuestas en febrero y en el otro, la diferencia del puntero se redujo casi 16 puntos.
Quintana presenta los siguientes datos:
Febrero de 2000
- De acuerdo con la encuesta coordinada por Alejandro Moreno y publicada por Reforma, se reportaba que Francisco Labastida captaba 39 por ciento de la intención de voto mientras que Vicente Fox tenía 32 por ciento.
- Fox acabó ganando con seis puntos de diferencia.
Febrero de 2006
- De acuerdo con los datos de Consulta Mitofsky, Andrés Manuel López Obrador aventajaba por seis puntos a Felipe Calderón, quien se ubicaba en la segunda posición. En la encuesta coordinada por Alejandro Moreno y publicada en Reforma el 20 de febrero de 2006, López Obrador estaba adelante por 10 puntos frente a Felipe Calderón.
- Ganó Calderón por medio punto, remontando una diferencia que parecía inalcanzable.
Febrero de 2012
- Según Consulta Mitofsky, el candidato del PRI, Enrique Peña, llevaba una ventaja abrumadora. Era de 15.3 puntos respecto a Josefina Vázquez Mota y de 22.6 puntos frente a López Obrador, que se colocaba en tercer lugar. No eran muy diferentes otras encuestas publicadas en esas fechas.
- Peña le ganó a López Obrador apenas por poco más de seis puntos.
¿Por qué Meade puede crecer debido a las preferencias de su coalición y la aceptación del gobierno?
En los últimos tres procesos electorales, han sido significativos los cambios en la intención de voto durante las campañas.
Por lo que, el resultado electoral no es inercial a las tendencias que se aprecian meses atrás.
¿Que pasa en 2018? ¿Cuáles son las tendencias que se van a modificar?
Una de las que tiene mayor potencial de cambiar es la votación por Meade.
Debido a que hay dos parámetros que están por arriba de su actual intención de voto:
- El apoyo a la gestión de Peña, que está en 26 por ciento según Consulta Mitofsky.
- La suma individual de las intenciones de voto de los partidos que lo respaldan y que representa 27 puntos.
En el caso de Anaya su porcentaje está muy cerca de la suma de los votos de los partidos que lo apoyan.
AMLO rebasa el porcentaje.
Quintana concluye diciendo “Que en el pasado se hayan presentado cambios no implica que necesariamente deban volver a presentarse, sino que existe el potencial para que ocurran”.
Un buen análisis basado en datos duros: tres veces ha pasado ya en la historia de nuestro país. Nada está dicho aún, todo puede pasar, estemos atentos a las campañas y al movimientos de los números.
