El loco poema
¿qué loco poema podría escribir en esta noche
de cigarrillos de marihuana entre los dedos?
mi cabeza es un enorme carruaje de pájaros
mis dedos bailan el jazz de las tormentas
mi corazón me dice hasta mañana hasta mañana
la cama baila, la razón astuta suma y resta,
quema los oráculos del viento,
rompe la tela de mis muchachas encerradas en el harem
de mis espléndidos lebreles
alguien me trae una taza de café, un vino,
una trenza de muslos
un racimo de senos que se mecen y tiemblan
oigo que suben, oigo que bajan, la cosa entra, la cosa sale
mis ojos se apacientan en el bermellón de tu silueta
en el cuello de cisne que se te curva sobre el vientre
voy a decirles, relojes y manzanas, que la libertad no nace
la libertad ha estado siempre viva
la libertad se encoge y se adormila, se prende a unas caderas
abiertas a la urgencia de la lluvia
qué importa que no me entiendan: el viento pasa
la mano sube
el árbol murmura seductoras endechas de canciones
yo escribo
Sagitario flecha del cielo con húmedos reclamos
y el poema, el loco poema que me arde en el pecho
ya está escrito
Tomado de la antología de Juan Domingo Argüelles: Poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días.