Marino Loko, un Chucho el Roto en Tamaulipas

En medio del escándalo por la filtración de un vídeo en donde militares y policías federales torturan a una mujer, el portal Breitbart de Texas publicó el caso del “Marino Loko”, un marino mexicano que –supuestamente–, se dedica a cazar a los jefes del crimen organizado para luego humillarlos en lo que parece un perverso pasatiempo.

Dice el portal que este macabro vigilante se llamaría Erick Morales Guevara y habría capturado a varios líderes del narcotráfico en el norte de México. A todos los habría obligado a usar ropa interior de mujer e incluso a besarse entre ellos.

Los testigos del “Marino Loko” sostienen que este elemento de las fuerzas castrenses actuaría de forma poco ortodoxa pero cumpliría con los objetivos que le encomiendan.

Según se sabe, Erick Morales habría estado en Chihuahua, en Michoacán, en Coahuila y en Tamaulipas y en cada entidad, el marino respondió a los mandos locales que coordinan la ofensiva al crimen organizado.

Además, el “Marino Loko” habría sido acusado de colaborar con el Cártel del Golfo –en la Plaza Tampico–, pues una narcomanta sostenía que el personaje recibió sobornos y robó armas y demás objetos en las casas que allanaron sus elementos.

Breitbart asegura que las autoridades mexicanas estarían al tanto de las actividades de Erick Morales. No obstante, habrían decidido ignorar las quejas por abuso de autoridad.

Al momento, no existe certeza de que el medio publique una historia verdadera.

Tampoco existe un posicionamiento oficial al respecto.

Sin embargo, también es cierto que en algunas regiones del país –sobre todo en el norte–, la única ley que pesa es la del revólver. Por eso, no sería extraño –e incluso parecería lógico–, que un personaje como Erick Morales opere impune y exitosamente.

Ahora bien, aunque las circunstancias justificarían la existencia y los métodos del “Marino Loko”, aunque este personaje cumpliría con su labor y aunque sus resultados podrían ser los mejores de todo el destacamento, lo cierto es que las fuerzas castrenses están obligadas a actuar conforme a la ley. En otras palabras, todos los ciudadanos –civiles o militares–, son objeto de derechos básicos y estos deben ser respetados. O si lo prefiere, las humillaciones de criminales son igual de graves que las de un ciudadano que respeta la norma y las leyes.

Por eso, aunque en los estados del norte –como en Tamaulipas– se ha intentado sin éxito un poco de todo para combatir el narcotráfico –desde esquemas de colaboración y denuncia en redes sociales, hasta la justicia por mano propia–, la existencia y el actuar del “Marino Loko” están fuera de la norma y no puede ser tolerada.

Finalmente, es necesario señalar que algo muy grave ocurre cuando los mandos castrenses conocen el trabajo del “Marino Loko” y no sólo lo toleran sino que lo alientan, ¿de qué manera? Al trasladarlo de un estado a otro para asignarle diferentes misiones.

Y es que, cuando la autoridad tolera que se rompa la norma para que uno de sus elementos –o un tercero– impongan orden, entonces esa autoridad ha sido completamente rebasada.

Casos como el del “Marino Loko” dejan ver el tamaño de la podredumbre que carcome los cimientos de las instituciones.

En un extremo, la autoridad es incapaz de garantizar el Estado de Derecho. En el otro, un individuo infringe la norma para hacer vale la ley. Para rematar, las autoridades solapan y promueven a este personaje. Sin duda, en este complejo entramado cada quien hace lo que cree que es correcto; no obstate, queda claro que en estos casos, la autoridad, la institución y el Estado fueron reducidos por las redes criminales.