Proceso retoma de LaOtraOpinión: Bartlett, el que amenazó a Julio Scherer García

Este domingo el semanario Proceso retomó la historia de uno de los elegidos de Andrés Manuel López Obrador para ser el titular de la CFE a través de su texto Fraude, represión y hasta homicidio gravitan en torno a Bartlett. Apenas el pasado 31 de julio, LaOtraOpinión dio a conocer la truculenta historia.

El próximo director de la CFE, Manuel Bartlett no sólo arrastra el desprestigio de la “caída del sistema” en 1988, pues dos años antes desde la secretaría de Gobernación del expresidente Miguel de la Madrid, envió amenazas al fallecido Julio Scherer García, en ese entonces director de Proceso y a uno de sus colaboradores más cercanos, Vicente Leñero.

El mismo Scherer contó la historia en su libro “Los Presidentes”, editado en 1986 en el que uno de los símbolos del periodismo crítico en México narra su relación con los respectivos huéspedes de Los Pinos, quienes vieron en el fundador de Proceso y director del Excélsior en su mejor época, un genuino contrapeso.

La amenaza llegó a través del entonces director de la Federal de Seguridad de la Segob, José Antonio Zorrilla. Una historia que se gestó en 1983.

Unos sobrinos de Manuel Bartlett estaban en Venezuela: Santiago, Germán, María Teresa, Juan José y Antonio Carter Bartlett, junto a sus padres, quienes después de 10 meses decidieron regresar a México con sus hijos, de quienes se decía, formaban parte de una secta en aquel país.

La hermana de Bartlett y su esposo regresaron a nuestro país, pero dos de sus hijos no: María Teresa y Juan. Pocos meses después y a petición del exsecretario de Gobernación la policía venezolana allanó el hogar de los hermano y los deportó a México.

Los sobrinos del hoy cercano a Andrés Manuel López Obrador se indignaron ante la decisión de su tío y decidieron denunciar el atropello al semanario Proceso.

Manuel Bartlett se enteró y mandó a su operador de confianza, José Antonio Zorrilla a “convencer” a los directivos del medio para que no publicaran la denuncia.

Zorrilla le exigió a Scherer García que no publicara el reportaje. La única persona que podía convencerlo de no sacar la noticia –dijo don Julio– era su allegado Vicente Leñero.

José Antonio Zorrilla, quien meses después sería encarcelado por ordenar el homicidio del periodista Manuel Buendía, le dijo a Vicente Leñero que sabía que tenía 4 hijas, que las quería mucho, dónde estudiaban y a qué horas salían de la escuela.

“Cuida a tus hijas, Vicente”, amenazó el alto funcionario de la secretaría de Gobernación bartlista al periodista, mientras dejaba caer un vaso con refresco, para que se hiciera añicos.

Leñero entendió la advertencia, habló con Scherer García, quien –ante las amenazas proferidas a uno de sus colaboradores más cercanos––decidió no publicar la historia de los sobrinos de Manuel Bartlett quien, supuestamente, habían sido echados de Venezuela por petición del secretario de Gobernación de México, avergonzado de que sus familiares estuvieran en una especie de secta.

Curiosamente, sería otra revista nacional, Contenido, la que publicaría la travesía de los sobrinos de Manuel Bartlett en ese país sudamericano, mediante un reportaje en portada denominado “Los Mexicanos que Buscan a Dios en Venezuela”.

Como era de esperarse, Contenido no manejó nada acerca de que el secretario de Gobernación de México había hecho que la policía de Venezuela allanara con lujo de violencia la casa de sus sobrinos en Venezuela, para después deportarlos. Tampoco informó sobre las amenazas de Manuel Bartlett y José Antonio Zorrilla a Vicente Leñero, Julio Scherer y Proceso.

Al final de su crónica, Leñero recuerda: “En 1985, un año después de que el periodista Manuel Buendía fue asesinado en un estacionamiento, José Antonio Zorrilla dejó la Federal de Seguridad. Fue nombrado candidato a diputado federal por el PRI, pero huyó del país. Se le acusó de mantener nexos con narcotraficantes y de ser el autor intelectual del crimen de Buendía. Lo declararon culpable en 1993 y lo sentenciaron a 35 años. Ahí sigue, el cabrón, en la cárcel”.

Zorrilla fue liberado en 2013 y puesto en arresto domiciliario debido a su grave estado de salud.