La crisis sanitaria, económica y social que genera la pandemia de coronavirus COVID-19, sin duda pone a prueba la capacidad de gestión de todos los gobiernos.
Con la frase del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador: la pandemia de coronavirus le vino “como anillo al dedo” al país, quedó claro el tipo de líder con el que cuenta México, y que sin duda es de los peores evaluados ante esta crisis.
No obstante, hay quienes le hacen competencia al tabasqueño y han demostrado la nula capacidad con la que cuentan para manejar su país. Y es que con la aparición del coronavirus, cada presidente ha tomado su propio camino a la hora de adoptar medidas para frenar la pandemia.
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Distintos estudios revelan la desaprobación de la población a sus presidentes frente a la pandemia.
Entre ellos, está la encuestadora Atlas Político, la cual reveló que el 61% de la población brasileña desaprueba la gestión del líder derechista, Jair Bolsonaro. Además, entre el 18 y el 25 de marzo, su imagen negativa se elevó del 52% al 57%, mientras que la positiva cayó del 41 % al 39 %. En tanto, vecinos de varias ciudades del país protagonizaron cacerolazos desde sus domicilios, para rechazar el manejo de las autoridades.
Cabe señalar que Bolsonaro minimizó la problemática, a la que ha catalogado como una “gripecita”, aunque, reconoció, una “gripecita” que puede tornarse fatal. “¿Van a morir algunos? Van a morir, lo siento”, declaró.
Otro con una situación aún más crítica, es Lenín Moreno de Ecuador. Que después de atravesar meses turbulentos a finales de 2019, con numerosas protestas en las calles, el Gobierno se ha visto desbordado ante la cantidad de casos de coronavirus, y en especial, de muertos.
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Siendo Guayaquil la ciudad más afectada por la pandemia, donde se han visto cadáveres en las calles ante el colapso del sistema sanitario y de servicios fúnebres. Por lo que según el estudio realizado por Mitofsky. Moreno es el mandatario peor evaluado de América Latina, y tiene el mayor número de fallecidos después de Brasil.
Finalmente, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no podía quedar fuera de esta negra lista, pues de acuerdo con Mitofsky, la rápida propagación del virus en el país, también se debió que al principio, el mexicano subestimó la situación, llegando a recomendar a los mexicanos que salieran “a comer”.
“Creo que AMLO trató de minimizar la cuestión por temor a un desmadre de la población en situación de informalidad laboral, que es de alrededor del 60%. De todas maneras, me pareció muy mal manejado desde el punto de vista de la comunicación, y un acto de irresponsabilidad enorme”, explica a RT Bruno Dalponte, analista internacional e investigador en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Con información de RT
