Los partidos políticos y el candidato opositor

José Alberto Márquez Salazar

José Alberto Márquez Salazar

La democracia política se juega, de inicio, en el escenario electoral y éste tiene en los partidos políticos a su principal motor y freno, una paradoja que las democracias contemporáneas debaten y tratan de modificar. Pero son ellos los instituciones que generan consenso y agilizan la toma de decisiones.

 

El ideal de una democracia representativa tendría a partidos políticos maduros que promuevan una discusión pública abierta, responsable, que involucre los intereses de sus representados y promueva mejores deliberaciones.

 

La reforma electoral mexicana del 2007, donde se abrió espacio a personas sin partido para competir por cargos de elección popular, fue una simulación que terminó por fortalecer a los partidos políticos que hoy controlan el sistema y que, ante su decadencia histórica tiene muy baja credibilidad.

 

Sin embargo, el intento por purificar a personas que aspiran a cargos de elección popular, sin apoyo de los partidos políticos, es una bella ilusión que se cumplirá cuando las reglas electorales garanticen, a los institutos políticos y a las “candidaturas independientes”, la equidad o igualdad para competir. En tanto, seguimos atrapados.

 

El 10 de agosto, el Frente Amplio por México (FAM) realizó el Primer Foro “visiones de México, diagnóstico y mirada al futuro”. En él, las cuatro personas aspirantes definieron el estado actual del país y las propuestas que implementarán en caso de ser presidente de la República. Curiosamente, como lo señaló Héctor Aguilar Camín, los principales medios de comunicación abiertos, televisión y radio, le dieron poca cobertura: “A nadie se le ocurrió que el asunto mereciera horarios estelares en televisión y radio. Fue como si los grandes medios estadounidenses hubieran faltado al primer debate de las elecciones primarias del Partido Demócrata o del Partido Republicano” (15/08/23).

 

Un día antes del Primer Foro, el periódico El Financiero publicó una encuesta de preferencia sobre las personas candidatas para organizar al FAM. En primer lugar, Gálvez tuvo un 23 %; Creel, 14 %; De la Madrid, 13 %; Mancera, 12 %; Paredes, 8% y otro, 2 % (23 % ninguno y el 5 % no supo).

 

Con base en una encuesta donde se preguntó a 6 mil personas (vía telefónica y en casa) sobre los cuatro participantes, este 15 de agosto el FAM definió a sus tres candidatos finalistas. Fue Enrique de la Madrid, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien quedó en el camino.

 

De acuerdo con la metodología, la encuesta telefónica tuvo un valor porcentual de 30 % y la de casa de 70 %. El aspirante Creel, obtuvo 18 y 21 %, respectivamente; De la Madrid, 13.5 y 16 %; Gálvez un 51 y 32 % y Paredes 17 y 29 %. (No encontré algún argumento del por qué ponderaron los valores con ese porcentaje, aunque deduzco que la encuesta en casa tiene mayor certeza de conocimiento e intención de preferencia y voto).

 

El resultado de las encuestas, realizadas por el FAM, arrojó un dato interesante. En la ponderación, los resultados fueron así: Gálvez, 38.2 %; Paredes, 26 %; Creel, 20.1 % y De la Madrid, 15.6 %. La candidata “disruptiva” quedó apenas arriba de la “tradicional” por un 12 %.

 

Hoy mismo, 16 de agosto, se publicaron varias encuestas sobre los aspirantes a la presidencia de la República:

 

En tres careos publicados por El financiero, la aspirante de MORENA-PVEM-PT, Sheinbaum, se ubica, con entre 48 y 49 % de preferencia arriba de los candidatos del FAM, Gálvez, (36 %), Paredes (34 %) y Creel (33 %). En éstos se incluyó a García de Movimiento Ciudadano (MC), que tiene entre 10 y 12 % de preferencias.

 

En otro careo, donde se incluyó a Ebrard (MORENA-PVEM-PT) y a Colosio (MC), los resultados fueron: Gálvez, 35 %; Colosio, 11 % y Ebrard, 49 % / Gálvez, 36 %; Colosio, 11 % y Sheinbaum, 48 %.

 

Ebrard resulta tener mayor ventaja sobre la persona con mayor nivel de competencia del FAM: 14 puntos y, Sheinbaum mantiene el 12 %.

 

En cualquiera de las encuestas descritas, el MC tiene entre un 10 y 12 % de las preferencias lo que, si la elección fuera en este momento y se aliara a la oposición, le daría la oportunidad para ubicarse a uno o dos puntos de MORENA-PVEM-PT. (Es probable que en una elección que se polarice el MC pierda ese nivel de preferencias.)

 

Tras los resultados del FAM, diversos analistas y comentaristas advirtieron el descenso de preferencia de la puntera -en encuestas- del FAM y algunos acusan traición, rechazo y abandono, por parte de las estructuras de los partidos políticos. Es evidente que dichas observaciones apuntan a proponer a la aspirante por la vía independiente o en alianza con MC.

 

Como ya hemos escrito en este espacio, cualquier persona que aspire a derrotar a la coalición MORENA-PVEM-PT (más la fuerza del presidente de la República, de los gobiernos federal, estatales y municipales), necesita de las estructuras -viejas o no- del PAN, PRI y PRD.

 

El incremento en la preferencia de la aspirante “tradicional” en el FAM puede tener muchas explicaciones y es necesario pensar en ello, porque nos da certeza sobre el desenlace para decidir a la o el candidato opositor a MORENA y a Andrés Manuel López Obrador, en una elección que les mostrará a las nuevas generaciones lo que sucedía previo a la transición política en México.

 

Podemos querer o no a los partidos políticos, pero están vivos y mantiene el control del sistema y del proceso electoral que veremos en el 2024. Sus estructuras y movilización van a darle la ventaja al aspirante que sepa negociar dentro del FAM. Entonces sabremos la fuerza que tenga la o el candidato opositor en el 2024.