En octubre del 2006, el presidente electo, Felipe Calderón, le exigió al mandatario en funciones, Vicente Fox, que le entregara el poder con el problema de la APPO en Oaxaca resuelto.
Fox citó en su despacho a los secretarios de Defensa y de Marina, Clemente Ricardo Vega García, y Marco Antonio Peyrot González, respectivamente.
Le pidió al general Vega que diseñara un operativo con efectivos del Ejército para desalojar a los militantes de la APPO y del magisterio que tenían tomadas varias calles e inmuebles de la capital de Oaxaca desde hacía varios meses.
El titular de la Defensa fue firme en su respuesta: “Si me lo pide por escrito, con mucho gusto, señor presidente”.
Desencajado, Fox volteó a ver al secretario de Marina y le dijo: ¿Tú sí me vas a apoyar?
–Si me lo pide por escrito, sí, señor presidente, –fue la respuesta del almirante Peyrot.
Ni el Ejército ni la Armada participaron en el operativo contra la APPO, que estuvo a cargo exclusivamente de la Policía Federal.
Este pasaje, narrado en su momento al autor de esta columna por un alto mando de la Armada, es un ejemplo de que los mandos de las fuerzas armadas de nuestro país son institucionales hacia la investidura presidencial, pero no obedecen órdenes a ciegas del titular del Ejecutivo.
Les ha ocurrido a varios. En el sexenio pasado, el general Salvador Cienfuegos, titular de la Sedena, se negó a obedecer la orden del presidente Enrique Peña Nieto de que el Ejército apoyara a los grupos de autodefensa que combatían al cártel de Los Caballeros Templarios en Michoacán.
El general Cienfuegos le dijo a Peña Nieto que el Ejército no se podía prestar a respaldar acciones violatorias a la ley, como lo era la operación de grupos de ciudadanos armados. La Armada tampoco se prestó a eso y entonces Peña Nieto recurrió, como Fox, a la Policía Federal.
Lo anterior viene a colación por la polémica desatada en semanas recientes con la detención del general Cienfuegos en Estados Unidos con base en acusaciones inverosímiles.
Como una primera reacción, el sorprendido presidente Andrés Manuel López Obrador intentó sacarle raja política al evento al denostar públicamente al general Cienfuegos y al amagar con hace una limpia entre quienes habían sido sus colaboradores en la Sedena.
El comportamiento del presidente provocó un gran malestar entre los altos mandos de las fuerzas armadas, por la sencilla razón de que quienes colaboraron con Cienfuegos son los mismos que siguen colaborando en altos cargos con el actual secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval González.
Los altos mandos no se quedaron callados como obedientes o legales ciegos –algo que el presidente exige de sus colaboradores– ante el agravio que representaba para las fuerzas armadas la denostación pública de uno de los suyos.
Fue tal la presión de los altos mandos militares, que el presidente se vio obligado a maniobrar diplomáticamente para que el general Cienfuegos fuera liberado y traído de regreso a nuestro país.
Durante su discurso del pasado viernes para conmemorar un aniversario más del inicio de la Revolución, el general Luis Crescencio Sandoval hizo énfasis en la “lealtad institucional”, en el “espíritu de cuerpo” y en la “fortaleza institucional” de las fuerzas armadas, valores que están más allá de los vaivenes sexenales.
OFF THE RECORD
**MEXICO LIBRE VA
La organización impulsara por el expresidente Felipe Calderón, México Libre, participará en el proceso electoral en marcha a pesar de que le fue negado el registro como partido político.
México Libre buscará el diálogo con los distintos partidos políticos registrados para impulsar candidatos a diputados federales y locales.
**LO CORTAN POR MOCHO
El Tribunal Electoral del estado de Hidalgo revocó la constancia de mayoría a Daniel Andrade Zurutuza, quien había ganado las elecciones para presidente municipal de Huejutla, Hidalgo.
El motivo fue que Andrade, candidato del PES, citó pasajes bíblicos durante su campaña, lo que viola la normatividad.
Todos conocemos a alguien que también tiene el cargo de presidente, aunque de mayor nivel, que constantemente hace alusiones religiosas. Pero a él nadie le ha dicho nada.
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