Dicen los empresarios que la reforma electoral de 2007 los sacó de la jugada política-electoral.
Y es que, con los cambios a las reglas de los procesos de votación, los diputados y senadores prohibieron que los partidos y los particulares adquirieran espacios en medios de comunicación con fines electorales.
En su momento, aquí dijimos que se trataba de un despropósito.
Como suele ocurrir, los resentidos con la elección decidieron lamer sus heridas cambiando las leyes que, según ellos, los habían hecho perder.
Y ahora, casi 10 años después, los empresarios piden que les regresen sus derechos políticos.
Por donde se vea, el reclamo de las cámaras de empresarios tiene sentido. En democracia, todo el mundo tiene el derecho de expresar su opinión en los medios que consideren adecuados.
Por eso la pregunta, ¿hasta cuándo tendremos leyes perversas que parecen más una venganza política que un mecanismo para consolidar y fortalecer la democracia?
