Durante su campaña electoral en el 2012, Andrés Manuel López Obrador acuñó el lema “La República Amorosa” el cual buscaba conciliar a la sociedad mexicana.
En ese sentido, en la pasada campaña electoral, con la cual ganó los comicios electorales, utilizó la frase “abrazos, no balazos” que consistía solucionar los problemas principales del país por medio de la vía pacífica.
Sin embargo, no olvidemos que muchos de sus discursos y expresiones como “fifí” sólo han polarizado más a la sociedad, provocando que veamos más violencia en cualquier sitio del país. Por ello, López Obrador es un sinónimo de violencia porque utiliza una serie de mecanismos por los cuales sólo separan aún más país para alcanzar sus metas personales, sin importarle los riesgos o consecuencias.
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Y aquí tenemos varios ejemplos:
- Violencia psicológica: Por medio de desacreditaciones, menospreciar y humillar a sus contrincantes. López Obrador la ejerce cada que se dirige a la oposición.
- Violencia simbólica: Esta la ejerce a través de mensajes que reproducen relaciones de discriminación y desigualdad.
- Violencia mediática: Esta es la que se lleva a cabo cuando se difunden mensajes o imágenes que de manera directa o indirecta promueven la explotación y atentan la dignidad de las personas, legitimando la desigualdad. En este caso hay muchos ejemplos, ya que López explota la imagen de pobreza, aparentemente con un sentido humano.
- Violencia institucional: Esta la utiliza en omisiones que llevan a cabo los funcionarios públicos que obstaculizan, retardan o impiden el acceso a las políticas públicas que están enfocadas sobre todo al respeto de los derechos humanos. En este caso, AMLO se ha dedicado a deshacer programa sociales como las estancias infantiles y los refugios para las mujeres que son víctimas de violencia.
