Para el presidente Andrés Manuel López Obrador el incremento de sargazo en las costas mexicanas no son problema alguno pues, según él, hay estados con afectaciones que requieren de una mayor prioridad.
Aunque los pobladores de lugares como Cancún no opinan lo mismo pues, pese a que se anunció una inversión de 52 millones de pesos por parte de la Marina, son los propios restauranteros, hoteleros y comerciantes en general los afectados por este “no grave problema”.
Aunado a ello, la barrera construida por la empresa Ar.Co., la cual pretende alejar el sargazo de sus playas, ha hecho que las algas se desvíen hacia los comercios aledaños lo cual genera mala imagen y los turistas han decidido no acudir a esa zona debido al penetrante olor que genera la descomposición del sargazo.
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Tal vez para el presidente no represente un mayor problema, sin embargo, para los habitantes de áreas con este problema puede significar la pérdida de su trabajo y, por ende, dificultad en su vida diaria; sin mencionar que varias especies tanto de fauna y flora pueden ser afectados por incremento de estos desechos en putrefacción.
