La única razón lógica por la que el joven Carlos Brito Lavalle fue nombrado director general de Canal 11 es porque garantiza la obediencia ciega que exige de sus colaboradores el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Brito Lavalle no posee ni la preparación ni la experiencia como para dirigir un canal de televisión del Estado mexicano de carácter cultural que forma parte ya de la historia contemporánea de nuestro país y que, a pesar de sus deficiencias, es referente en América Latina.
Durante años, el Canal 11, perteneciente al Instituto Politécnico Nacional, se caracterizó por la difusión de contenidos de corte cultural y por la producción de programas de debate político y social en los que se respetaba la pluralidad política.
Pero en cuanto el gobierno federal emanado de las elecciones del 2018 tomó el control del canal, las cosas empezaron a cambiar y de televisora del Estado, Canal 11 pasó a ser un medio del gobierno y un foro de expresión del periodismo militante.
Son conocidos los ejemplos de programas de revista o de supuesto debate cuyos conductores se dedicaban a denostar y estigmatizar a quienes identificaban como adversarios del presidente López Obrador y de la autodenominada “Cuarta Transformación”.
La continuidad de esta política sectaria en Canal 11 está garantizada con la llegada a la Dirección General de Carlos Brito Lavalle, cuyo mayor mérito es haber sido asesor y asistente de su antecesor, el senador neomorenista pero con muy larga trayectoria priista, José Antonio Álvarez Lima.
En menos de dos años, el joven Brito, de 25 años de edad, brincó de ser asistente de Alvarez Lima a la coordinación de Adquisiciones y Operaciones y de ahí a la Dirección General de Canal 11, sin tener mayores conocimientos sobre el manejo de medios de comunicación.
Su vínculo más cercano a la política, por decirlo de alguna forma, es el hecho de ser nieto de Carlos Brito Gómez, quien hace años fuera presidente municipal de Coatzacoalcos, Veracruz, y diputado federal del PRI.
El joven Brito también fue asesor durante algún tiempo, en el 2016, del entonces diputado federal Adolfo Mota Hernández, uno de los principales operadores del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, y señalado como presunto involucrado en los malos manejos del ex mandatario.
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Al momento de informar sobre su nombramiento, Carlos Brito Lavalle fue presentado como licenciado en Economía y Relaciones Internacionales, egresado del ITAM.
Sin embargo, hay quienes dudan que el joven esté titulado, pues de acuerdo con la Plataforma Nacional de Transparencia, en marzo del 2019 declaró ser estudiante de noveno semestre de las licenciaturas en Economía y Relaciones Internacionales.
En virtud de que dicha carrera tiene una duración de 11 semestres, Carlos debió concluir sus estudios en marzo del 2020, lo que le daría poco tiempo para preparar su proceso de titulación.
Pero más allá de eso, el asunto de fondo es que el presidente de la República puso al frente del Canal 11 a un improvisado, con la garantía de que sabrá responder a las exigencias ideológicas y propagandísticas de la llamada 4-T y cuyos hilos serán movidos por quienes están arriba de él.
OFF THE RECORD
**BANXICO, A DEBATE
La advertencia del gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León,
fue clara: si se aprueban las reformas propuestas a la ley en la materia, se pondrá en riesgo la calificación de nuestro país.
El Congreso inició ayer la discusión en Parlamento Abierto de dicha iniciativa, con la que se pretende que Banxico esté obligado a comprar todos los dólares en efectivo que le sean ofrecidos.
**PRIMA DESAMPARADA
De no ser por un juez, la prima del presidente de la República, Felipa Guadalupe Obrador Olán, seguiría buscando obtener contratos de Pemex.
Un juez federal desechó la demanda de amparo que la prima incómoda había presentado por considerar que la negativa a otorgarle contratos vulnera su derecho al trabajo.
No hay que olvidar que la prima fue vetada no en un ejercicio de honestidad del gobierno, sino porque un trabajo periodístico la balconeó.
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