A dos meses de que inició el aislamiento social preventivo y que aún siendo voluntario, como medida de seguridad ante el contagio, nos ha obligado a estar en casa las 24 horas del día, enfrentándonos a una experiencia de vida que hasta el día de hoy no ha tenido un solo precedente en nuestra historia y tampoco la certeza de cuando terminará.
Dicho distanciamiento social dio paso a una desorganización del cotidiano que cada uno de los integrantes de esta sociedad llevábamos a cabo, obligándonos a inaugurar formas diferentes de cotidianidad.
Pero, ¿Cuáles son las perdidas que la población en general ha tenido que padecer ante la nueva cotidianidad debida a la pandemia?,¿Qué afectaciones emocionales o psicológicas se han tenido que enfrentar?, ¿Cómo poder superar dichas afectaciones?
Sin duda, la pandemia del covid-19 ha provocado grandes perdidas como la de un ser querido que no haya podido vencer la enfermedad ocasionada por el virus o la perdida del empleo. Sin embargo las perdidas al que nos hemos enfrentado el total de la población son las actividades que cada quien desempeñaba como parte de esa su cotidianidad.
Tales como la de asistir a un centro escolar o a una institución universitaria para recibir clases, a las cuales no se puede acudir, tampoco a los centros de trabajo, ni a los clubes deportivos para hacer ejercicio.
Por su parte, las actividades recreativas dejaron de realizarse pues las plazas publicas, los cines, los restaurantes e incluso muchos parques permanecen cerrados.
Otra gran perdida y que es central en la vida de los sujetos es la posibilidad del acercamiento físico entre las personas. Al ser el humano el huésped elegido por el coronavirus, el acercamiento entre las sujetos se ha tornado peligroso.
Por el momento no son posibles los acercamientos y mucho menos los abrazos entre la personas, porque lo sano es la distancia física entre ellos. Esta perdida es más significativa para aquellos padres cuyos hijos ya no viven con ellos y con los abuelos que no pueden abrazar a sus nietos y con aquellos abuelos que no pueden cargar a la nieta recién nacida.
Las perdidas conducen a desarrollar trastornos emocionales coma la depresión cuya intensidad dependerá de la fortaleza emocional y psíquica que pueda poseer el sujeto.
Para poder superar la depresión es necesario poder vivir el duelo por la perdida de todas aquellas actividades que se realizaban de una manera y que ahora ha sido necesario modificar su realización y muchas incluso, dejar de hacerlas. Es incierto el poder recuperar aquella nuestra cotidianidad y por lo mismo, es necesario investir nuevas formas de vida.
Después de la pandemia del coronavirus no seremos los mismos y dependerá de la fortaleza con que vivamos el duelo por las perdidas, la creatividad para investir formas nuevas y significativas de vida, así como establecer formas seguras de interacción con los otros; que salgamos fortalecidos o debilitados de esta pandemia.
Ahora no es el momento de pensar en lo que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con eso .(Ernest-Hemingway).